Llegó el día de tener que incorporarse a los entrenamientos y Di María apareció en Valdebebas. Algo que ha intentado evitar en las últimas semanas. Incluso barajó la opción de no presentarse ayer mismo, pero Jorge Mendes, su agente, frenó ese intento de motín. El argentino regresó ayer al trabajo con el Real Madrid después de un mes de vacaciones, pero todo apunta a que su vuelta fue de manera testimonial. Su idea desde que ganó la Décima es la de no volver a jugar en el club blanco. Le está costando, pero se encuentra más cerca de su salida.
Ayer, de todos modos, tuvo que volver a entornar la puerta del vestuario de Valdebebas. Comenzó la sesión vespertina separado del grupo, junto a Xabi Alonso y Coentrao. Tras el calentamiento se sumó al trabajo con el resto de la plantilla. Son sus últimos sprints como futbolista del Real Madrid. Ancelotti, que está dispuesto a renunciar al fichaje de un nueve con tal de que siga el argentino, intentará convencerle estos días de que no abandone el equipo blanco. Fue el futbolista que le dio equilibrio en su sistema. Jugó 52 partidos, marcó 11 goles y dio 25 asistencias. Pero el PSG le ofrece ocho millones de euros netos y cinco temporadas. Un reconocimiento económico que no le ha brindado el club blanco tras cuatro temporadas.
En las oficinas de Chamartín dan por hecha su salida, entre otros muchos motivos porque hay que igualar la partida de gastos (120 millones entre James, Kroos y Keylor) con la de ingresos (28 millones entre Morata y Sahin). El PSG ofrece 75 millones, pero pone complicaciones con los pagos por el fair play financiero que debe cumplir. Debe vender a una de sus estrellas, y la Ligue 1 arranca este fin de semana. El Liverpool ha ofrecido 22,6 millones por Lavezzi para sustituir a Luis Suárez. Una vez cerrado ese traspaso se podría desencadenar la llegada de Di María. El Mónaco, mientras, pone 55 millones y le ofrece el mismo sueldo. La diferencia con el PSG es que los ofrece al contado.
