Cuatro jugadores de River Plate fueron diagnosticados con «queratitis química», tras el final escandaloso en el que terminó ayer el superclásico del fútbol argentino, válido por la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores.
Leonardo Ponzio, Leonel Vangioni, Ramiro Funes Mori, Matías Kranevitter fueron derivados al Instituto del Diagnóstico desde el estadio, donde le realizaron estudios y el cuerpo médico determinó «un reposo de 72 horas».
La plantilla de River sufrió un ataque cuando se disponía a ingresar al campo de juego a través del túnel, que derivó en la suspensión del encuentro por parte del árbitro Darío Herrera. Después de este confuso episodio, ambas plantillas debieron esperar una hora y 14 minutos antes de que pudieran retirarse a sus respectivos vestuarios.
La delegación visitante pudo abandonar el estadio de «La Bombonera» pasadas las dos de la mañana porque debieron esperar que los simpatizantes locales se retiraran. El secretario de seguridad de la Nación, Sergio Berni, calificó al operativo de seguridad como «exitoso» y agregó: «La responsabilidad es únicamente de Boca, es indiscutible eso, hubo negligencia por parte del club a la hora de generar la seguridad interna».
Ante este inesperado escenario, la Confederación Sudamericana (Conmebol) deberá resolver hoy sobre la definición de esta serie de octavos de final de Copa Libertadores, que al momento de la suspensión con marcado en blanco favorecía a River, gracias al triunfo por 1-0 en el partido de ida con gol del uruguayo Carlos Sánchez.