Fichado para disipar la alargadísima sombra de Radamel Falcao, el asturiano David Villa aún no ha logrado encontrar su espacio en la engrasada maquinaria del Atlético de Madrid. El Guaje corre, pelea y busca su cuota de protagonismo, pero el gol no llega y su compañero en el ataque, Diego Costa, se lleva todos los elogios.
Aunque sus estadísticas invitan a la preocupación (3 goles en 12 partidos), Diego Simeone mantiene la calma. «Es un jugador muy inteligente y con él ganas en el juego colectivo. Además, me seduce el esfuerzo que hace para el equipo no solo en los partidos, sino también en los entrenamientos. Villa está llamado a hacer goles importantes», aseguró recientemente el Cholo.
Eso sí, en el fútbol, la paciencia es una virtud que se extingue con facilidad, por lo que el delantero debe reencontrarse con el gol lo antes posible para así evitar que el técnico argentino encuentre otra alternativa más fiable y comience a condenarle al banquillo con asiduidad.
Además, para Villa existe una presión añadida: la Selección Española. Hasta el momento, Vicente del Bosque ha mostrado una fe casi ciega en el jugador colchonero, pero lo cierto es que con la nacionalización de Costa, la constante progresión de Álvaro Negredo o la entrada en escena de Michu, su presencia en las convocatorias podría verse seriamente amenazada.