Había perdido los primeros dos sets, tenía la moral por los suelos y quedó a un punto de despedirse en los cuartos de final del Abierto de Australia. Fue cuando Daniil Medvedev se planteó la pregunta: ¿Qué hubiera hecho Novak?
Buena pregunta. Después de todo, el número uno mundial Novak Djokovic ha ganado nueve veces la cita australiana y el año pasado se quedó corto por una victoria de monopolizar los cuatro títulos de Grand Slam.
Inspirándose en el campeón de 20 grandes, Medvedev se puso como norte la madrugada del jueves que Felix Auger-Aliassime tuviera que estrujarse por cada punto.
Más de una hora después de salvar una bola de partido con su saque en el cuarto set, el reinante campeón del Abierto de Estados Unidos cantó una victoria por 6-7 (4), 3-6, 7-6 (2), 7-5, 6-4 para acceder a las semifinales. La remontada del ruso acabó casi media hora pasada la medianoche.
“Estaba jugando a un nivel que era de locos, quiero decir que nunca le había visto jugar así. Era algo fantástico”, dijo Medvedev. “Me había quedado sin ánimo en el tercer set”.
Medvedev mencionó a Djokovic como modelo al ser entrevistado a pie de cancha y en la rueda de prensa posterior. No era chiste.
“No estaba jugando bien, y Felix me tenía contra las cuerdas”, señaló el ruso. “Ya no sabía que hacer. Fue cuando me pregunté sobre lo que Novak hubiera hecho”.
“Ahí pensé que había que ponerlo a trabajar más. Si quiere ganar, que lo sufra hasta el último punto”, añadió.
Medvedev tendrá que recuperarse pronto para vérselas el viernes contra Stefanos Tsitsipas, el subcampeón del Abierto de Francia. Reeditarán su cruce de semifinales en el Melbourne Park. Medvedev salió airoso en esa instancia el año pasado, pero cayó en la final ante Djokovic, quien no pudo revalidar su título este mes por no acatar el estricto requisito del gobierno de Australia de vacunarse contra el COVID-19.
Tsitsipas (4to cabeza de serie) no pasó mayores sobresaltos para avanzar a las semifinales. El griego despachó 6-3, 6-4, 6-2 al italiano Jannik Sinner (11mo preclasificado).
Ambos duelos de cuartos de final en el cuadro masculino tuvieron interrupciones por lluvia.
Medvedev sacó rédito de una pausa de seis minutos con el marcador 2-1 en el desempate del tercer set para permitir cerrar el techo de la arena Rod Laver, enchufándose en el partido.
Auger-Aliassime apenas ganó uno de los últimos seis puntos del desempate tras dominar en los primeros dos sets. El canadiense de 21 años desperdició una bola e partido frente al saque de Medvedev en el décimo juego del cuarto set.
Medvedev lo neutralizó con un potente primer saque abierto y sostuvo el servicio con un smash.
Quebró el saque de Auger-Aliassime en el siguiente juego y sostuvo el suyo para nivelar el duelo 2-2 en sets. Se anotó otro quiebre cuando su oponete cometió una doble falta en el tercer juego del set decisivo.
Pero había para más.
Al sacar por el triunfo, Medvedev tuvo que levantar dos bolas de quiebre — salvó seis de seis en el set y nueve de 11 en todo el duelo — antes de ponerle punto final.
Después de una batalla de 4 horas y 42 minutos, Medvedev está a dos victorias de convertirse en el primer hombre en la era abierta que gana su segundo título de Grand Slam en el siguiente torneo que disputa tras el primero.
Se trata de una estadística de la que no tenía conocimiento, pero que ahora le motiva más al buscar el título.
“Si es cierto, pues será histórico”, dijo el número dos del ranking. “Será perfecto”.
Auger-Aliassime había perdido en sus tres enfrentamientos previos contra Medvedev, incluyendo las semifinales del US Open en septiembre.
Pero fue el agresor en los primeros de sets, incomodando a Medvedev con su potente derecha, velocidad y despliegue atlético.
“Ojala pudiera volver y cambiarlo, pero no puedo”, dijo Auger-Aliassime sobre el resultado. “Ya lo acepté. Me voy de Australia con la frente alta y puedo afrontar el resto de la temporada sabiendo que me puedo batir contra los mejores del mundo”.
Otro que podrá beneficiarse por la ausencia de Djokovic es Rafael Nadal.
El español de 35 años, a la caza de una 21ra corona de Grand Slam para romper el empate con Djokovic y Roger Federer en la cima de la tabla histórica, se las verá con Matteo Berrettini — subcampeón del último Wimbledon — en la otra semifinal.
Tsitsipas, por su lado, mantuvo su registro perfecto en cuartos de final de las grande citas. Tiene registro de 5-0 su registro en esa etapa. Son las semifinales las que aún se le resisten, ya que por el momento ha ganado una de cuatro, el año pasado en Roland Garros.
Tsitsipas no enfrentó ningún punto de quiebre y convirtió los cuatro que tuvo en el servicio de Sinner, en un partido de poco más de dos horas.
El único retraso llegó del tiempo, cuando una tormenta tardía obligó a cerrar el techo cuando el griego ya llevaba un set y un quiebre de ventaja.
“Sabía que iba en la buena dirección”, dijo Tsitsipas. “Las condiciones podrían haber cambiado un poco después de que se cerrase el techo, ligeramente más rápido, sin botar tanto como antes. Intenté adaptarme a las nuevas condiciones y simplemente salió bien”.
La temperatura bajó desde los máximos de la tarde, cuando la polaca Iga Swiatek requirió tres horas bajo el calor para derrotar 4-6, 7-6 (2), 6-3 a la estonia Kaia Kanepi, de 36 años, y conseguir una plaza en semifinales contra Danielle Collins.
Collins doblegó 7-5, 6-1 a la francesa Alizé Cornet.
El triunfo de Collins significa que dos estadounidenses animarán las semifinales. Madison Keys, la subcampeona del US Open 2017, se las verá con Ash Barty, la estrella australiana que se consagró en Wimbledon el año pasado.
Ambas semifinales femeninas se disputarán el jueves.