Con derroche de talento y garra, Andrea Reyes se abre paso como una de las figuras del semillero del ráquetbol guatemalteco, quien comparte con nosotros sus inicios y su pasión por su deporte.
Reyes ha cimentado su carrera con importantes logros deportivos como el título mundial junior conseguido en 2021 y el campeonato nacional ganado a principio de año.
La jugadora que pisó por primera vez una cancha de ráquetbol a los 7 años, anhela con darle triunfos a Guatemala como seleccionada mayor y en el corto plazo aspira a jugar el tour profesional femenino.
En la entrevista con CDAG en la sede de la Asociación Nacional de Ráquetbol, en la zona 13, Andrea también cuenta sobre sus inicios, habla de sus fortalezas y confiesa su admiración por la multicampeona mundial, Paola Longoria.
Donde todo comenzó
Su primer contacto con el ráquetbol llegó gracias a que su hogar estaba cerca del Club La Villa, donde vecinos y amigos acudían a practicar diferentes deportes.
“Yo siempre seguía a mi hermana mayor y cuando a ella la invitaron a ir a entrenar ráquetbol, yo también fui a las canchas”, recuerda Andrea.
La jugadora de 18 años y estudiante de la carrera de derecho también admite que desde que tomó la primera raqueta encontró el gusto por este deporte porque “soy una persona con mucha energía y el ráquetbol lleva mucha adrenalina y manteniéndome activa”, afirma.
“Es un deporte que me sigue apasionando como cuando comencé. El ráquetbol me ha ayudado como persona, porque soy competitiva y no me gusta perder”, reconoce Andrea, la segunda de tres hermanos.
Al ver el fruto de su esfuerzo en los eventos nacionales, Andrea siguió progresando en su carrera y pronto comenzó a jugar Mundiales Junior.
Sus mejores logros
El 2021 será un año que Andrea nunca olvidará ya que se consagró campeona en el Mundial Junior jugado en Guatemala. “Hice pareja con Paula Aguilar y ganamos el título en la categoría Sub14”, anota.
También considera que el título nacional de la categoría mayor conseguido en marzo pasado “es uno de mis logros más grandes porque lo había anhelado por mucho tiempo”, asegura.
Andrea ya ha tenido la posibilidad de jugar como adulta dos Campeonatos Panamericanos y sobre ello afirma: “El nivel es muy alto y me ha servido como fogueo para darme cuenta de mi potencial. Han sido buenas experiencias y me he sentido satisfecha con mi rendimiento”, añade.
Su fortaleza
Andrea resalta que su mejor virtud es que es una jugadora aguerrida y que hace lo imposible para pelear cada punto: “soy una guerrera dentro de la cancha, eso me hace diferenciarme. Hago cosas que ni yo me creo capaz”, reconoce.
Sobre las peculiaridades de su deporte, afirma: “es un deporte que exige mucha movilidad y se queman muchas calorías. Por eso hay que estar preparado dentro y fuera de la cancha, para mantener la energía y adrenalina”.
Para el desgaste dentro de la cancha, Andrea dice que es clave incluir buena hidratación, pero además complementos como las semillas, bananos y chocolate.
Andrea reconoce que otro aspecto importante a cuidar en el desarrollo de su carrera es tener un balance entre deporte y vida personal. “Al dedicarse al deporte a veces se dejan de lado muchas cosas. En mi caso estoy enfocada en mis estudios, deporte y la iglesia; estos tres pilares van de la mano”, dice.
Ejemplo a seguir
Andrea no duda en mostrar su admiración por la máxima exponente del ráquetbol mundial, la jugadora mexicana Paola Longoria (cinco veces campeona mundial y con más de 100 títulos como profesional).
“La he seguido desde pequeña y siempre me llamó la atención su competitividad y el perfeccionamiento de su juego. Ella es un ejemplo de disciplina y mentalidad. La colocación de sus remates la ha hecho sobresalir”, dice.
Con la mira en el Tour Profesional
Con mucha convicción Andrea habla sobre sus objetivos en el ráquetbol: “Una de mis metas es poder jugar el Tour Profesional femenino (LPRT en inglés). Eso me ayudará a tener más experiencia y estar en el Top 10 del ranquin”, finaliza.