En nuestra entrevista de la semana conversamos con atleta juvenil José Sebastián Albizú, quien recientemente impuso un nuevo récord juvenil en el atletismo.
De ser un niño que no encajaba en ningún deporte, a un adolescente rebelde, José Sebastián Albizú encontró en el atletismo una forma para reencausar su vida y superar sus propios límites.
Con tan solo 15 años, Albizú fue uno de los atletas destacados de enero, luego de imponer un nuevo récord nacional, categoría sub18, en la prueba de lanzamiento de disco.
Albizú, estudiante del Colegio Decroly Americano e hijo único, comenzó a forjar su carrera en el atletismo en plena pandemia del covid-19 y a pesar de las dificultades demostró que con dedicación y perseverancia las metas se pueden cumplir.
Así descubrió el atletismo
Este joven impetuoso cuenta que de pequeño siempre quiso adherirse a algún deporte, pero nunca encajaba.
Su primer contacto con el atletismo fue de forma casual: “revisando el anuario de mi colegio, vi en la sección de deportes a un lanzador de nombre Marco Jurado (ex campeón nacional de jabalina). En la foto, él se veía esplendido lanzando y pensé que quería hacer eso”, recuerda.
Tras acercarse a los entrenadores del colegio, Albizú empezó a practicar atletismo y de inmediato supo que era el deporte que estaba buscando. “Siempre quise superarme de una forma independiente, sin competir con otros, y por eso lo elegí”, afirma.
Sus primeros años fueron como velocista, hasta que “mi entrenador (Cristian Loyo) me vio cualidades para ser lanzador”, añade.
Pero no todo fue fácil ya que en un momento, Sebastián cuenta que su mamá no lo dejó dedicarse a los lanzamientos, ya que por su sobrepeso quería que se enfocara en las carreras de velocidad.
Superando adversidades
Su comienzo en el atletismo coincidió con la llegada de la pandemia del covid-19 y a pesar de la incertidumbre que se vivió en todo el mundo, Sebastián confiesa que para él fue una etapa para reflexionar sobre sus malas decisiones a nivel personal.
“Sin la pandemia no sé qué hubiera sido de mí. Venía de una etapa en la que ponía excusas para todo, era irresponsable y rebelde, además tenía sobrepeso”, confiesa.
Pero cuenta que el encierro lo ayudó a ver de lo que era capaz y le enseñó a valorar muchas cosas positivas de su vida.
Otro momento importante que motivó a salir adelante a Sebastián, fue la práctica del deporte extremo de moto enduro.
“El sacrificio de las competencias de enduro, me ayudó a fortalecer mi carácter, a no rendirme y a ser disciplinado”, asegura.
La magia de los lanzamientos
En palabras de Sebastián, los lanzamientos en el atletismo son como un “silencio muy ruidoso”, porque cuando alguien está lanzando debe tener la mente en blanco a pesar de la presión del público y la de sus rivales que en esta disciplina si tienen permitido conversar entre ellos.
“Es un evento muy prolongado a diferencia de los de velocidad y por eso te puedes desconectar muy rápido”, completa.
Sebastián se ha especializado en el lanzamiento de disco y bala, pero recientemente ha empezado con martillo y jabalina.
Es un deporte en que hay que ser “rápido y fuerte al final”, resume.
El logro esperado
El 27 de enero, Sebastián vivió el momento más importante de su corta carrera tras conseguir el récord nacional sub18 en la prueba de lanzamiento de disco (1.5 kg) en el Torneo AASCA de atletismo disputado en San Salvador, El Salvador.
La distancia del lanzamiento de Sebastián, que además le valió para ganar la medalla de oro, fue de 47.40 metros, superando la conseguida 13 años atrás por Ever Acajabón fijada en 47.35 metros.
“Cumplí mi objetivo, porque me había estado preparando por mucho tiempo. Ese logro me dejó muy feliz y satisfecho”, relata.
Parte de su éxito considera que fue porque desde los 14 años “me volví obsesionado con el deporte, dedicándome a los lanzamientos cinco veces por semana”, afirma.
Aspiraciones altas
Sebastián se traza como una de sus máximas metas ir a los Juegos Olímpicos de la Juventud de Dakar, Senegal, en 2026, así como clasificar a un Mundial de la categoría Sub20.
“Tengo muchos sueños y me creo capaz de lograrlos, sé que debo esforzarme y dejar cada gota de sudor. Como siempre me dice mi entrenador, las medallas se ganan en los entrenamientos y uno va a las competencias a recogerlas”, asegura.
Su rutina y razón de competir
Antes de cada competencia, Sebastián confiesa que suele “encomendarse a Dios, porque soy muy devoto”, pero además para motivarse tiene su propia receta: “tengo una playlist de 22 canciones, que escucho siempre en el mismo orden. Pongo música rock para que me active la adrenalina”, añade.
El atleta juvenil, que admira al lanzador estadounidense Ryan Crouser (campeón mundial y olímpico), dice que otra de sus motivaciones es portar los colores de Guatemala y que eso conlleva “mucha responsabilidad y es un orgullo”.
Para cerrar la entrevista, Sebastián deja un mensaje de agradecimiento a los entrenadores que, formado y al actual, Cristian Loyo, Joamel Ruiz Tartabul y Víctor Hugo Taracena.