Alberto Contador abandonó el Tour de 2016 en plena subida al Cantó, segundo puerto del día, a cien kilómetros de la meta de Arcalís. En Bonaigua, nada más arrancar la jornada, lo probó y quiso meterse en la fuga… hasta que le aguantaron las fuerzas. Después, bajó al coche médico en un par de ocasiones. Sean Yates, director del Tinkoff, confirmó a la tele francesa que el madrileño se había levantado con “un poco de fiebre” y se sentía mal: “Le pedimos que recuperara tras el inicio tan rápido, que se lo tomara con calma. Sin embargo, no pudo más”.
“Con las heridas y los golpes, el cuerpo ha necesitado trabajar muchísimo más para intentar recuperarse. He corrido en desventaja desde la primera etapa”, se lamentaba en Bagneres de Luchon. También aseguró que no consideraba la retirada: “No, no pienso en bajarme de la bicicleta. Sigo por todo el cariño que me han ofrecido los aficionados. En el día de descanso sí tocará balance”. Sus declaraciones parecían señalar que sopesaría la idea de marcharse en la jornada de reposo. Finalmente, cedió camino de Andorra.
Se trata del segundo abandono de Contador en la ronda gala. En la edición de 2014 se cayó en el descenso del Petit Ballon y sufrió una fisura en la meseta tibial de la pierna derecha.