El tenis seguirá adelante sin Serena Williams. Tiene que hacerlo.
Desde luego, no será fácil, ante la trascendencia de una figura así dentro y fuera de las canchas. Pero eso es lo que debe hacer el deporte, incluso cuando las superestrellas se marchan. Todas tienen que hacerlo y la competencia debe continuar.
El Abierto de Australia de 2023 comienza el lunes (domingo por la noche en el continente americano). Será el primer torneo del Grand Slam que se lleve a cabo desde que Williams se despidió en el US Open realizado en septiembre, poco antes de cumplir 41 años.
Poseedora de 23 títulos de individuales en las grandes citas, Williams dijo que prefería el término de “evolucionar” al de “retirarse”. Ahora, se vivirá una prueba del tenis después de Serena en los grandes escenarios.
En cambio, su impacto no se irá. Como dijo Stacey Allaster, directora del US Open: “Ella deja un legado increíble de gracia y esfuerzo que inspirará a los deportistas, hombres o mujeres, en muchas generaciones por venir”.
Seguramente habrá quienes den seguimiento a datos tangibles durante las próximas semanas en el Melbourne Park, en el resto de la campaña y en los años siguientes. Analizarán datos como la asistencia a los graderíos o los niveles de audiencia televisiva para medir el efecto de la partida de alguien que se ganó un estatus de celebridad.
Pero en cierto modo, eso no es lo más relevante.
“Su legado es realmente amplio, al punto en que una no puede siquiera describirlo con palabras. Ella cambió mucho el deporte. Hizo que lo conociera gente que jamás había oído acerca del tenis”, recalcó Naomi Osaka, japonesa de 25 años, quien ha ganado cuatro cetros del Grand Slam pero no disputa un partido completo desde agosto y se perderá el Abierto de Australia.
“Sinceramente pienso que ella es como la fuerza más grande en el deporte. No es que trate de minimizar intencionalmente a (Roger) Federer o a (Rafael) Nadal. Simplemente pienso que ella es lo más grande que habrá en el deporte”.
En las décadas recientes, hubo preocupación por lo que ocurriría en el tenis cuando dejaron de jugar Chris Evert, Martina Navratilova o Steffi Graff. O cuando lo hicieron Bjon Borg, John McEnroe, Jimmy Connors, Pete Sampras, Andre Agassi y un largo etcétera.
“Siempre hay una pérdida cuando los grandes jugadores se marchan, pero he estado en esto durante seis o siete generaciones”, explicó Billie Jean King, dos veces exaltada al Salón de la Fama del Tenis Internacional, ganadora de 12 trofeos de Grand Slam en individuales y de otros 27 en dobles femeninos o mixtos.
“Quiero decir: Recuerdo que cuando Sampras se retiró o cuando lo hicieron Martina y Chris, yo exclamé ‘¡Oh no! ¿Qué va a pasar?’. Bueno, llegó Sampras y, ¿adivinen qué? Ahí está Roger Federer y Nadal… Es lo mismo con las mujeres…. La variedad de jugadoras buenas que hay es mejor que nunca, y Serena es en cierto modo responsable de eso, porque cada generación se construye sobre la anterior”.
Poco después de que Williams cayó ante Ajla Tomljanovic en la tercera ronda del Abierto de Estados Unidos, Federer, otro titán del tenis con 20 títulos de majors, anunció su retiro.
Federer no había disputado un partido oficial en más de un año, a consecuencia de una serie de operaciones de rodilla.
En el caso de Williams, hubo momentos en que se alejó durante largos periodos de la competición, ya fuera por motivos de salud o porque simplemente quería dedicar tiempo a otras actividades, lo que ella misma afirma que contribuyó con su longevidad en las pistas.
Steve Simon, director general y presidente de la junta de la WTA, piensa que esas pausas dieron espacio para que surgieran algunos rostros nuevos en el tenis femenino, como en el caso de la polaca Iga Swiatek, actual líder del ranking, o de la joven estadounidense Coco Gauff.
“De cualquier modo, Serena ha jugado lo que yo diría que ha sido un calendario limitado durante los últimos años. Así que es claro que tenemos a un nuevo grupo de estrellas que llegan, se establecen y lo hacen bien”, agregó Simon. “Pero veo que continuaremos celebrando a Serena. Y espero que ella vuelva y juegue otros cinco o 10 años”.
Buena suerte con eso.
Pero aquéllos que llegaron al tenis gracias a Williams —ya sean tenistas o jugadores— permanecerán aquí más allá de ese plazo.
“Serena hizo que mucha gente se interesara por nuestro deporte, y ahora depende de la generación siguiente hacer eso”, opinó King. “La gente, la prensa, dice esto siempre: ‘¡Oh, alguien se está yendo! ¿Qué va a pasar?’. Alguien siempre llega a la cima. La crema siempre se dirige a la parte de arriba”.
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