El que fuera lateral izquierdo del Barcelona, Eric Abidal, contó en Super Deportivo Radio cómo fue su lucha contra el cáncer desde que le encontraron un tumor en el hígado. El exjugador francés confesó que su compañero de vestuario, el brasileño Dani Alves, incluso quería donarle parte de su hígado.
Diagnóstico: «En aquellos momentos todos los jugadores se hicieron parte de mi familia, pero el mensaje más fuerte de aquella plantilla en el Barcelona fue el de Dani Alves, que quería donarme parte de su hígado y unirse conmigo en esta lucha. Al final yo le dije que no. Sabía lo importante que era su gesto y lo duro que podía ser para él sobrellevar luego su vida como futbolista. Creo que él entendió mi mensaje y siempre se lo voy a agradecer».
Prioridades: «Todos los días tengo en mente lo duro que era vivir con cáncer. De todo esto aprendí mucho, tanto de mí como de la gente que está a mi alrededor. Cada seis meses me hago una revisión médica y ahora disfruto más de algunas cosas que antes no hacía. El fútbol era mi pasión y trabajo y durante la carrera de un futbolista no hay mucho tiempo para pensar sobre lo que era mi enfermedad. Después de la enfermedad todo fue distinto. Piensas en el fútbol, pero lo primero que quieres hacer es ayudar a otras personas que están pasando por lo mismo».
Ser positivo: «Hay que tener claro que las respuestas las tiene Dios. Podemos tener muchas preguntas antes, durante o después de la enfermedad o consultar a muchos amigos médicos, pero Dios manda en este mundo. Yo primero creí en Dios y luego fui positivo. La gente que te apoya es siempre la familia y eso es lo más importante. En mi caso, mi fuerza era estar con mis niños cuando no lo pasaba bien, igual que con mi mujer y mis padres».
Pelear para salir adelante: «Entre 2011 y 2012 ocurrió todo. Me acuerdo que me dijeron: ‘Tienes un tumor en el hígado y seguramente se reproducirá. No sabemos cuándo pero tienes que estar preparado porque la próxima etapa será el transplante’. A partir de ahí, cuando te dicen la verdad, tienes tiempo para pensar en cómo lo vas a encarar y en que todo va a ser una lucha total, que el día va a ser complicado. Es ahí cuando el fútbol comienza a ayudarme. En el fútbol me he equivocado, he fallado un penalti, he perdido un campeonato o una final, pero al día siguiente te tienes que levantar y eso me ayudó mucho a pelear por mi enfermedad. Hay días que estaba muy cansado. Pensaba en que mañana sería otro día y me decía: ‘Pelea hoy y mañana seguirás peleando’. Así fue mi lucha durante muchos meses».