El reloj terminó de desvelar una duda que casi no existía: Alberto Contador es el favorito de la Vuelta y ya luce «La Roja» tras la contrarreloj de 36,7 kilómetros disputada entre el Real Monasterio de Santa María de Veruela y Borja, en la que «El Tanque» alemán Tony Martin se llevó el triunfo.
También será el territorio de Nairo Quintana, pero una caída bajando el Moncayo le aleja de la pomada. El colombiano tuvo un serio despiste en la primera curva del descenso, en un giro a derechas se fue contra el guardarraíl y voló para caer en el asfalto. Segundos de zozobra, con la respiración contenida.
La misma caída suele ser de hospital, pero a veces la suerte se pone de parte de los ciclistas. Tras casi dos minutos interminables Quintana se levantó y se lanzó a la meta, sin opciones, con la moral a ras del asfalto, pero con esperanza.
A 3.25 de Contador, y si los efectos de la caída se lo permiten, el ganador del Giro se tendrá que poner ahora al servicio de Valverde, otra vez jefe de filas del Movistar, y tratar de volar en la montaña. Nairo tendrá que jugar sus cartas de otra manera y tirar la casa por la ventana si quiere retomar posiciones. La desventaja ya es notable.
La Vuelta propone mañana otra jornada de montaña, donde la general se podría mover de nuevo. Para empezar el ascenso a la inédita cima navarra de San Miguel de Aralar, con sus rampas cementadas del 14 por ciento. Contador defenderá su nuevo reinado ya como hombre a batir.
El madrileño debe gestionar 27 segundos sobre Valverde y 59 respecto a Urán, los inquilinos del cajón. Anacona, Froome y Purito en minuto y medio. Lo de Quintana es más preocupante. Su restauración no debe ser fallida. Si no, quedará fuera del podio.
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