El París Saint-Germain recupera el trono en Francia a un mes de que termine la Ligue 1, sinónimo de la abultada diferencia que hay con el resto.
El empate en casa contra el Lens (1-1), con un golazo de Lionel Messi, sirvió como rúbrica a la décima liga de la historia del cuadro parisino. Un premio a la constancia que ha tenido de principio a fin, que contrasta enormemente con la inestabilidad en Champions.
Los ultras, insatisfechos, no celebraron el triunfo final.