Van Gaal dejó entrever ayer la posibilidad de que De Gea deje su equipo. “Espero y quiero que se quede, pero en el fútbol nunca se sabe qué puede pasar”. Saben en Manchester desde hace mucho que el Real Madrid quiere a David de Gea. Lo saben y en el fondo, lo entienden. “Es ley de vida”, afirman con la boca medio cerrada desde el cada vez más hermético vestuario del United. Pero no por eso Van Gaal deja de ejercer una feroz resistencia que ayer se vio en el Levi’s Stadium, de San José (California). De Gea fue titular en un amistoso televisado por medio mundo ante el Barcelona.
El portero jugó 62 minutos. Ya avisó el técnico holandés en la previa: “Será titular ante el Barça y en el comienzo de la Premier”. En el United acatan que una negociación por un jugador tan ansiado al que le queda sólo un año de contrato sea larga (“Se debe encarar todo de manera inteligente, pero la partida está perdiendo cartas”, insisten), pero no entienden la manera en la que el Madrid está enfocando el tema en las últimas semanas
En el entorno cercano al club inglés, que no desde sus oficinas y el vestuario, se atreven a atacar a Florentino, aunque no dejan entrecomillar todas sus reflexiones. Dicen del presidente del Madrid que es “estirado”, que “está siendo soberbio con el United” y que “se cree que puede hacer lo que le da la gana”. De Gea es futbolista del Manchester United hasta el 30 de junio de 2016 y si Rafa Benítez lo quiere para su primer proyecto “lo que deben hacer es pagar lo que toca. Ellos tienen dinero, pero el Manchester United, también”, afirman con contundencia a AS, esta vez sí, desde dentro del vestuario mientras recuerdan que “Rooney también quiso irse hace unos años y acabó renovando, después de estirar demasiado el juego”.
De ahí que ahora nadie sepa qué puede suceder. “Lo quieren, pero el chico no se pronunciará. Es muy respetuoso con el equipo que le dio una primera oportunidad lejos de casa y al United no le gustaría que hablase fuera de lugar”. La muestra se vio ayer en el amistoso ante el Barça. No habló y cumplió con su labor bajo palos. El futbolista se incorporó el pasado 6 de julio a los entrenamientos del Manchester, pero su ausencia en los dos primeros amistosos por una misteriosa lesión hicieron pensar en el Madrid que el portero podría estar forzando el traspaso.