RIO RANCHO, Nuevo México, EE.UU. (AP) — Para Faridd Sierra era simplemente otra pelea más de sábado en la noche, hasta que recibió una llamada telefónica de su hermano para que fuera a ver el combate a su casa. Al igual que ellos, un estadounidense de ascendencia hondureña intentaba unificar los títulos mundiales de peso ligero.
Hasta ese momento, Sierra, de 39 años y originario de Dallas, nunca había escuchado de Teófimo López, el boxeador oriundo de Brooklyn.
Pero para el 12do asalto del combate contra el ucraniano Vasyl Lomachenko, Sierra y su hermano estaban de pie y alentando al púgil de 23 años para que reescribiera la historia. Y lo hizo.
En todo Estados Unidos y Centroamérica, hondureños y estadounidenses de ascendencia hondureña recurrieron a las redes sociales para expresar su orgullo y emoción por el improbable triunfo de López sobre el mejor púgil técnico del planeta.
El hijo de inmigrantes hondureños entró al cuadrilátero al ritmo de una canción de hip hop de Biggie Smalls y con mucha actitud. Salió del encordado con varios cinturones de campeonato. López (16-0) se apoderó de los tres títulos de Lomachenko (15-2) para sumarlos al que había ganado el año pasado y convertirse en el campeón indiscutible de las 135 libras, luego de una decisión unánime.
“Tuve que luchar mucho”, dijo López después de su victoria. “Estoy agradecido, muy agradecido. Y todos y cada uno de los días lo entiendo, y ahora… se siente bien”.
Fue una victoria para los hondureño-estadounidenses luego de años de ver a migrantes hondureños y centroamericanos escapar de la violencia sólo para terminar en centros de detención en Estados Unidos y México. Las imágenes de los niños migrantes en celdas y escuchando las noticias de que son separados de sus familias sólo han causado más temor y ansiedad, dijo Patricia Montes, una inmigrante hondureña que hace labores de activismo en Boston.
“A veces se siente como si las personas ni siquiera nos ven como humanos”, dijo Montes. “Pero ahora tenemos un campeón y eso nos dice que podemos hacer cualquier cosa”.
La madre de Ceasar Avelar, trabajador de una granja lechera y residente de Pomona, California, es hondureña y su padre es originario de El Salvador. Inmediatamente después del triunfo de López, les envió mensajes de texto a sus familiares. “El tipo se parece a mi hermano”, dijo Avelar, de 37 años. “Quedé impactado. Es como verse en el espejo y, por primera vez, vernos en verdad”.
Avelar, un aspirante a poeta que trabaja con el escritor Matt Sedillo, dijo que López lo inspiró a ir tras su sueño. “Es un nuevo comienzo, viejo”, declaró.