Con una habilidad sorprendente y un compromiso de trabajo inquebrantable, Sebastián Bermúdez se perfila como la próxima figura de Guatemala en tiro con armas de caza. A sus 22 años, ya cuenta con una participación mundialista y dos medallas de oro en Juegos Centroamericanos y del Caribe y su trayectoria promete un futuro lleno de logros para el país.
Sebastián empezó a practicar el deporte a los 11 años, cuando por recomendación de su padre, asistió a un curso de vacaciones de la Asociación Deportiva Nacional de Tiro con Arma de Caza. A partir de esa experiencia, se enamoró por completo del deporte y al año siguiente decidió empezar a practicarlo de forma continua.
A partir de allí, Bermúdez ha hecho una carrera en donde ha predominado el trabajo duro y constante, que le rindió sus primeros frutos cuando consiguió un puesto en el equipo mayor con apenas 16 años. En 2022, llegó otro de los momentos que más han marcado su trayecto deportivo, cuando consiguió su clasificación a su primera Copa Mundial en la categoría mayor.
Los grandes éxitos siguieron llegando, hasta conseguir este año dos medallas de oro en su debut en Juegos Centroamericanos y del Caribe, la primera llegó junto a Carlos Padilla y Rodrigo Zachrisson en la modalidad de skeet por equipos. La segunda, la consiguió de forma individual tras coronarse como el mejor del área en skeet, en una final en la que venció a Zachrisson.
“Las medallas en los juegos es lo que me abre a lo que quiero llegar. Es el inicio de mucho. Se ve reflejado todo el trabajo que se ha puesto después de tanto tiempo. Fueron mis primeros juegos y supercontento de cómo me fue a mí y a mi equipo”, comentó el tirador nacional por sus triunfos en San Salvador 2023.
EL DEPORTE LO LLEVA EN LA SANGRE
Su máxima inspiración y una de las grandes razones por las que está en este deporte ha sido su padre, Cristian Bermúdez, un destacado tirador guatemalteco que fue parte de la delegación que participó en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.
A pesar de que Cristian participaba como tirador de blanco móvil, sus consejos y apoyo han sido vitales en la carrera de Sebastián. “Son dos disciplinas distintas la que él hacía y la mía pero al final de cuentas, la base mental es la misma. Siempre, desde que tengo memoria, me daba consejos para mantener mi concentración y cómo hacer las cosas bien y que sean de beneficio en los entrenos, cómo asimilar una derrota y una victoria, cómo manejar la presión. Los consejos que me ha dado son muy buenos, al final vienen de un atleta a otro”, expresó el joven tirador.
Sebastián también comparte su deporte con otro miembro de su familia, su hermano Diego, que consiguió una medalla de bronce en skeet por equipos en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018.
INSPIRADO POR LOS GRANDES
Durante décadas el tiro ha sido uno de los deportes guatemaltecos que más ha sobresalido internacionalmente, una larga lista de tiradores le han dado múltiples alegrías al país y también, han servido como fuente de inspiración para las siguientes generaciones. Para Sebastián hay dos atletas, además de su papá, que lo han marcado y lo han ayudado a aumentar su nivel, “Juan Ramón Schaeffer desde pequeño me ha inspirado, es un atleta supercompleto y ha logrado muchísimo y Francisco Romero, papá de Santiago Romero, y que fue cinco veces olímpico. Un tirador de primera”.
SUS PRÓXIMAS METAS
Sebastián tiene muy claros sus objetivos, el próximo viene en octubre en los Juegos Panamericanos de Santiago, en donde junto a Santiago Romero será parte del equipo de skeet, allí buscará ganar una medalla y un boleto a los Juegos Olímpicos del próximo año, una meta que también sirve de inspiración para trabajar a diario.
“Lo que me hace levantarme todos los días a practicar es el amor a este deporte y los Juegos Olímpicos, me duermo y me levanto pensando en eso, es un gran motor que todos los días está presente. Cada vez que vengo a entrenar estoy pensando en eso, en cómo mejorar para poder llegar a eso”, comentó.
Bermúdez tuvo durante mucho tiempo el soporte del Programa de Retención de Talentos de CDAG que lo ha ayudado a alcanzar sus propósitos.
“Estuve mucho tiempo en el programa, por lo menos 6 años. Siempre tuvimos apoyo, charlas, cursos, apoyo económico para ir a los viajes, médicos que siempre estaban pendientes de nosotros, psicólogos, fisioterapeutas. Un apoyo superbueno”, concluyó.
