La llama olímpica de los Juegos Olímpicos de Tokio fue retirada de su exposición pública en Japón. Y no está claro cuando reaparecerá, ni dónde o en qué circunstancias.
La llama llegó a Japón procedente de Grecia el 26 de marzo. Luego de que los Juegos Olímpicos de Tokio y el relevo de la antorcha se demoraron al año que viene, la llama quedó expuesta en la prefectura nororiental de Fukushima.
Iba a estar allí hasta finales de abril, pero fue retirada en apenas unos días luego de que el primer ministro, Shinzo Abe, decretó el martes el estado de alarma para luchar contra el coronavirus, que incluye medidas como limitar el tamaño de las multitudes.
“Tokio 2020 mantendrá la llama en una ubicación no revelada para evitar que la gente se congregue”, dijeron los organizadores en un comunicado enviado a The Associated Press.
Se espera que la organización de Tokio 2020 mantenga la llama en el corto plazo. En el largo plazo, se espera que sea utilizada por el Comité Olímpico Internacional (COI) como promoción y símbolo de la lucha contra la pandemia.
“La idea será mantener esta llama ardiendo y mostrársela al mundo”, explicó Michael Payne, exdirector de marketing del COI, a la AP en una entrevista reciente.
Se espera que la llama reaparezca en próximo año en Japón para el relevo de la antorcha.
Pero Payne sugirió que la llama tenga un objetivo más abarcador.
“Mantener la llama ardiendo brindará una poderosa inspiración, una luz brillante mientras el mundo pasa por estos difíciles momentos”, dijo.
Previo a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, los organizadores en China y el COI organizaron un relevo que paseó la llama en casi 20 países.
La gira mundial se topó con protestas violentas contra China por la situación de los derechos humanos en Tíbet y otras partes. La llama fue el foco de protestas en varias ciudades, entre ellas Londres, París y San Francisco. Ello provocó que los organizadores modificasen la ruta para evitar cruces entre manifestantes en contra y los que vitoreaban.
El entonces presidente del COI Jacques Rogge tildó el caos como una “crisis”. A partir de ello, el COI desistió de todo plan a futuro de pasear la llama en el mundo.
Poder exhibir la llama el año próximo en una gira mundial, e incluso en Japón, dependerá de la evolución del virus. Lo mismo ocurre con escenificar los Juegos Olímpicos ante multitudes dentro de unos 16 meses.