Por Alan Paolo Car
Luis Ramazzini es el guatemalteco que más cerca ha estado de jugar en el béisbol de las Grandes Ligas gracias a una recta dominante y una mecánica de lanzamiento muy particular. Su paso por la Liga Internacional de la Florida en el nivel «C» o llamada en la actualidad «Triple A» lo realizó a principios de los años 50, con los Havana Cubans, el equipo filial en ese entonces de los Senadores de Washington de la MLB.
Con mucho por aprender en dicha liga, el rol que le encomendó su manager fue como relevista. “Cuando debuté en la Liga Internacional de la Florida fui recibido con un par de batazos largos en la novena entrada, luego de los primeros dos bateadores mi receptor se acercó a hablarme y me sentí más tranquilo. Simplemente hice lo que sabía hacer y terminé el juego con tres ponches consecutivos”, recordó con mucha claridad el exlanzador nacional.
Luis Ramazzini principió en el béisbol junto a sus hermanos en el equipo Azul y Blanco. Luego pasaron al Atómicos en la segunda división en el que poco a poco fueron ganando y ascendiendo a la Primera División. Luego pasó a la Liga Mayor del béisbol nacional en la que debutó a los 15 años. Jugó con la Universidad de San Carlos y consiguió algunos títulos.
Su peculiar forma de lanzar era admirada por muchos. De esta manera recuerda como perfeccionó su estilo: “El béisbol siempre fue mi pasión, mi hermano Arturo era lanzador y yo era su receptor. Mi deseo era lanzar como él. Recuerdo que recibíamos una revista cubana llamada “Carteles” que hablaba del béisbol invernal de Cuba. En ella vi una fotografía de Ángel Catario González con la pierna bien alta y mi padre que se interesaba en documentarse nos decía que para lanzar había que impulsarse. Empecé a perfeccionar ese estilo y con mucho trabajo y ejercicio llegué a dominar mis lanzamientos”.
Con más de 20 años viviendo en Boca Ratón, Florida, Luis tiene en mente muchos detalles de su carrera que recuerda lucidamente. Jugó tres Series Mundiales Amateur, debutando con 15 años en la celebración de la novena serie mundial disputada en 1947 en Cartagena, Colombia. Su mejor actuación en esa edición fue como relevista ante Puerto Rico, lanzando un total de 7 entradas y permitiendo solamente un hit.
En la X Serie Mundial en Nicaragua 1948 se combinó con Benjamín Ortiz para derrotar por primera vez a la poderosa novena pinolera piloteada en la segunda parte del certamen por Anastasio Somoza y que tenía entre sus peloteros a Stanley Cayasso, Ernesto Chamorro, George Wehmeyer, Daniel Mena y Eduardo Green, entre otros. Guatemala era “el peso mosca”, como lo describió el periodista nicaragüense Edgar Tijerino, pero los chapines se llevaron la victoria 5 carreras a 4.
Fue en esa Serie Mundial en Nicaragua en donde lo vieron algunos «scouts» de grandes ligas, como Armando Maza, quien lo recomendó para lanzar con los Havana Cubans. Maza sería después el manager de la selección nacional de Guatemala en los VI Juegos Centroamericanos y del Caribe en Guatemala 1950. Por cierto, que en esos Juegos con Cuba obteniendo el Oro, Luis Ramazzini le dio la única victoria del certamen a nuestro país después de lanzar las nueve entradas en un juegazo ante Costa Rica, ganando 2-1, y con Guatemala anotando la de la victoria en la parte alta de la novena entrada.
Sobre por qué no llegó a Grandes Ligas, Luis explicó: “Yo fui contratado a media temporada en la Liga Internacional de la Florida, en esa época catalogada como Triple A, a mí me usaban como relevista y finalicé con récord de 7 ganados y 3 perdidos. En los últimos encuentros de la temporada después de una jugada en la primera base tuve un choque con un corredor y me lesioné el brazo derecho. Luego se terminó la campaña y estuve dos años sin lanzar una pelota. En el tiempo que intenté regresar a los Cubans ayudaba a mi padre en la finca y él pensaba que yo fuera su sucesor al mando de la misma por lo que tomé la decisión de no regresar. Prácticamente fue mi retiro”.
En los Havana Cubans jugó con algunos peloteros que después llegaron a jugar con los Senadores de Washington como Mike Fornielles y Camilo Pascual, quien lanzó el primer juego en el Estadio Metropolitano o como el puertorriqueño Rubén Gómez, quien debutó en la MLB con los Gigantes de Nueva York y terminó su carrera con los Mellizos de Minnesota. Algunos veteranos ex MLB como Gilberto Torres (Senadores de Washington) o Napoleón Reyes (Gigantes de Nueva York).
A “Bola cañón” como le decía el cronista deportivo Mario Manrique, no se le permitió jugar de nuevo en la liga mayor de Guatemala, entonces decidió ser manager y entrenador de varios equipos como la Universidad de San Carlos en donde permaneció por 10 años. Al mismo tiempo decidió jugar al Softbol con el Deportivo Superior, con el que conquistó varios títulos jugando como primera base, constituyéndose en un bateador de poder. Incluso jugó para la Selección de Guatemala de Softbol en los Juegos Centroamericanos de 1973.