La selección de fútbol de Argentina logró el domingo 18 de diciembre su tercera Copa Mundial de la FIFA, un trofeo que le había sido esquivo durante 36 años, desde México 86.
El equipo de Lionel Messi se coronó tras 120 minutos de juego y la serie de penales. Luego de ello vino una celebración en el campo de juego, con la entrega de las medallas tanto a los ganadores como a Francia, la selección que se ubicó en el segundo puesto.
Allí estaba la Copa Mundial _elaborada con oro de 18 quilates, con una base de malaquita_, a la espera de ser levantada por el equipo campeón. Finalmente fue entregada y todos los argentinos vibraron ante el suceso histórico, pero luego se dio una situación curiosa.
La tradición indica que esta copa solo puede ser tocada por los campeones mundiales, por los mandatarios así como por excampeones mundiales.
No obstante, en la premiación en Qatar, el codiciado trofeo fue elevado por Antonela Roccuzzo, esposa Messi, el exfutbolista Sergio Agüero y hasta incluso por el famoso cocinero Salt Bae.
La actual Copa del Mundo pesa 6,175 gramos, de los cuales 4,927 son de oro puro. Los que pudieron apreciarla y tocarla en el estadio Lusail pueden estar seguros que levantaron la original, pero la que se llevan a casa los campeones es solo una réplica.
Hasta antes de 2005, los campeones se podían llevar a su país el trofeo y podían exhibirlo en las vitrinas de su federación. Luego debían devolverlo a la FIFA para la siguiente Copa del Mundo.
Pero después de la última restauración que tuvo la copa, en 2005, la FIFA decidió no volver a prestar la original a la selección campeona.
Así, desde el Mundial de 2006 solo se permite que el equipo vencedor tenga el trofeo original durante la ceremonia de premiación. Luego es recuperado por oficiales de la FIFA y lo retornan a su sede en Zurich, donde queda resguardado.
De esta manera, Italia (2006), España (2010), Alemania (2014) y Francia (2018) _al igual que ahora Argentina_ solo recibieron una copa idéntica a la original, para llevarla a su país y celebrar con los fanáticos.
