Con la segunda mejor marca de los finalistas, pisando el freno en los últimos 50 metros, Michael Phelps nadará la noche del martes en Río su primera final invidual en sus quintos Juegos Olímpicos, después de conseguir el oro en su estreno con el relevo 4×100 libre. Con 23 medallas al cuello, el estadounidense se lanzará en los 200 mariposa a intentar recuperar el trono que perdió en Londres 2012, cuando el sudafricano Chad le Clos le sorprendió en los últimos metros.
Phelps, que ya acumula 19 medallas de oro y 23 en total, nadó con mucha seguridad y recordó al nadador de los últimos Juegos. Controló la prueba desde el primer momento, apoyándose en su subacuático y en su envergadura para hacer menos brazadas pero más profundas y efectivas. Phelps llegó a la meta dejándose ir, con un tiempo de 1:54.12, y poco le importó que le adelantará el húngaro Kenderesi, el primero en bajar de 1:54 en estos Juegos (1:53.96).
Los rivales del americano, no obstante, fueron más discretos. Chad le Clos, que venía de ser plata en los 200 libre, pagó el esfuerzo y decidió controlar los últimos metros de carrera, asegurando únicamente la plaza en la final. La logró con un tiempo de 1:55.19, un segundo más lento que el 1:55.18 de Laszlo Cseh. Ambos serán los rivales que pondrán en aprietos al americano, que llega fuerte y dispuesto a sumar 28 medallas olímpicas. No será la única final de la jornada. El de Baltimore también participará en el relevo 4×200 libre. Puede conseguir dos medallas que harían las 25.