Aprovechando la rueda de prensa previa al arranque de la Bundesliga, Pep Guardiola trató de zanjar la polémica que mantiene con el FC Barcelona desde hace varias semanas. «La relación de Barcelona hacia Múnich será de ida, nunca de vuelta. Mi deseo de que le vaya siempre bien al Barcelona es una obviedad. Todo lo que le vaya bien al club me hará feliz. Las declaraciones del presidente Sandro Rosell vienen de ida, pero no de vuelta», espetó.
Además, el técnico del Bayern Múnich aseguró que más que ganar títulos su obsesión es lograr que los jugadores experimenten una evidente mejoría bajo su tutela. «Me gusta convencer a los jugadores y apoyarlos. Si al final de mi carrera en el Bayern uno dos o tres jugadores me dicen que les ayudé mucho, eso será para mí un título. Claro que quiero ganarlos, pero levantar una copa, una Liga de Campeones o un título de campeón sirve para un día. Lo importante es que quien dice si uno es bueno o malo son los jugadores», explicó.
