Lo que en un inicio parecía inexplicable, que Aaron Hernández se suicidara cinco días después de ser absuelto de un caso de doble homicidio en su contra, la tarde del viernes cobró un poco de sentido: dinero.
Gracias a una moción en la corte por la fiscalía del condado de Bristol, Massachusetts, se dio a conocer un extracto de la nota de suicidio que el ex tight end de los Patriots dejó a su prometida, Shayanna Jenkins Hernández.
“¡Este fue plan del Supremo, del Todopoderoso, no el mío!”, le escribió Hernández a su prometida, y le pide que cuide de dos personas no reveladas y añade: “Eres rica”.
De acuerdo con un añejo, pero vigente, principio legal en Massachusetts, el estado puede borrar las condenas en caso de que el acusado muera en prisión antes de que se lleve a cabo su apelación, como es el caso de Hernández. Y según otros documentos difundidos por el Departamento de Correccionales, el exjugador tenía conocimiento de dicha ley.
Con base en lo anterior, los Patriots tendrían que pagarle una cifra cercana a los seis millones de dólares a Jenkins, debido a que su despido fue injustificado ahora que es un hombre inocente.
Solo que hay algunos obstáculos antes de que Jenkins Hernández pueda compensar la ausencia del padre de su hija con unos cuantos millones de dólares. Primero, la fiscalía realiza un esfuerzo para que no proceda el principio legal y la condena de Hernández prevalezca incluso post-mortem. Si la condena se mantiene, los Patriots se quedan con su plata, y la familia de Hernández con la pena.
Segundo lugar, la familia de Odin Lloyd de cuyo asesinato en 2013 se culpó a Aaron Hernández, interpuso una demanda civil en su contra. Como sucedió en el caso civil que perdió O.J. Simpson por el asesinato de su exesposa Nicole Brown y del mesero Ron Goldman, el patrimonio de Hernández estaría en disputa. Aquí entra un nuevo giro del caso.
Documentos de la corte citan que el patrimonio de Hernández era de 0.00 dólares, por lo que lo único que estaría en disputa en el caso civil es el dinero que se obtenga de la venta de la mansión que Hernández y Jenkins compartían y cuyo precio es de 1.2 millones de dólares. Mismos que Jenkins pretende conservar con recursos legales.
El juez de apelaciones programó una audiencia para el martes, cuando podría decidirse si se deshecha o no la condena de asesinato en primer grado de Hernández. Pero ese es apenas el primer paso para saber si los Patriotas tendrán que desembolsar algún monto.
Quedan muchas preguntas sin resolver. Pero la nota de Hernández despejó de la ecuación el motivo de su repentina muerte y abrió la puerta para que la historia continúe.
“Cuenta toda mi historia, pero nunca pienses algo más aparte de lo mucho que te amo”, escribió antes de quitarse la vida.
