Un buen partido de Jesé Rodríguez, autor de un gol, y un certero cabezazo de Karim Benzema dieron la victoria al Real Madrid, que ganó 2-0 sin brillo a Osasuna para encarrilar su pase a los cuartos de final de la Copa del Rey.
Fue Jesé el hombre del partido. El canterano blanco fue uno de los pocos de su equipo que pudo aportar algo de chispa a un encuentro con una primera parte espesa para el Madrid, mientras que la segunda resultó algo más equilibrada aunque sin demasiadas florituras. Precisamente, la desaparición de Jesé, que se marchó lesionado a falta de veinte minutos para el final, frenó la recuperación madridista.
Sin él las luces casi se apagaron por completo para el equipo de Ancelotti, que sufrió a un rival muy digno. La afición del estadio Santiago Bernabéu tal vez no se dio cuenta de la buena disposición de Osasuna. Parecía más pendiente de los Ultras Sur, ahora en el fondo norte, o del gesto de Ángel Di María y su supuesto feo a la hinchada blanca ante el Celta días antes. El argentino, suplente, fue silbado tímidamente cuando fue nombrado por los altavoces.
Casi siempre hay alguna historia que contar ajena al césped, pero la que importa, la que se desarrolla sobre el terreno de juego, la escribió con corrección el conjunto navarro. Bien situado sobre el campo, dejó casi sin ideas a los hombres de Carlo Ancelotti, muy dispersos durante toda la primera parte.