Después de pasar todo el verano buscando su salida del Paris Saint-Germain, Neymar se encuentra ahora encantado con el club que lo convirtió en el fichaje más caro del mundo, en 222 millones de euros (245 millones de dólares).
Ha sido un giro asombroso. Apenas hace dos meses, Neymar fue considerado persona non grata por muchos de los aficionados del PSG luego de hacer todo lo posible por regresar al Barcelona, que lo había vendido por esa cuantiosa suma.
Neymar incluso se perdió el inicio de la temporada del club parisino en su intento. Cuando finalmente se reincorporó al PSG el 14 de septiembre, el brasileño fue recibido de la peor manera de parte de una sección de los hinchas del equipo francés enfurecidos por su proceder. Los ultras del PSG, en particular, no tuvieron piedad en sus diatribas cargadas de insultos contra él durante ese partido.
Los aficionados se sintieron traicionados por el hecho de que el delantero, que la próxima semana cumple 28 años, quisiera irse del equipo. Pese a que en ese encuentro anotó el gol del gane cerca del final con una impresionante tijera, el público lo siguió abucheando mientras él festejaba con prudencia a fin de no empeorar la situación.
Si bien eso ocurrió apenas hace pocos meses, todo parece haber quedado atrás.
Neymar ha recuperado a la afición del PSG, algo que parecía imposible durante los tensos días finales de la ventana de transferencias de verano en agosto.
El domingo por la noche anotó dos veces en la victoria del PSG por 2-0 en la visita al Lille para aumentar a 13 su cuenta personal en la liga francesa, y 47 en 50 juegos de la liga desde que se unió al club en el verano de 2017.
Su primera anotación contra Lille fue un soberbio disparo de comba que entró por el ángulo superior derecho del arco, y el segundo con un penal excelentemente cobrado. Pero lo que sobresalió ante esos goles y su indudable habilidad fue una aparente nueva actitud.
Sí, Neymar se está convirtiendo en un jugador de conjunto. Uno que trabaja duro.
Atrás, aparentemente, han quedado sus exhibiciones de teatralidad de la Copa del Mundo de Rusia 2018. En ese entonces, sus constantes caídas y ridículos giros en el césped generaron la ira de equipos rivales, la burla de aficionados de todo el mundo a través de las redes sociales, e incluso sacó de quicio a los fanáticos brasileños.
Su ética de trabajo ha mejorado considerablemente y, hasta ahora, no ha diezmado su impacto en el ataque.
“Me siento muy contento de ayudar al club a jugar de esta manera, de anotar y aportar pases a gol”, declaró Neymar tras el encuentro con Lille. “Yo sé qué es lo que tengo que hacer en la cancha”.