El presidente de Uruguay, José Mujica, fue a saludar a Luis Suárez tras su expulsión del Mundial de Brasil y advirtió que «el fútbol es una fiesta deportiva y no una guerra». A las pocas horas el propio jugador salió, acompañado por sus dos hijos, a saludar a los seguidores que estaban en la puerta de su casa dándole ánimos. Muchos de ellos entonaron el himno nacional uruguayo.
Mujica exhortó a sus compatriotas a evitar que «el dolor y la ofensa achiquen al alma la visión» tras la ola de indignación que generó en el país la sanción de cuatro meses y nueve partidos que le aplicó la FIFA a Suárez por morder a un rival en Brasil 2014.
El presidente uruguayo reveló en su audición radial que hoy fue a saludar a Suárez cuando retornó de Brasil, luego de la infructuosa espera de más de una hora en la fría noche del jueves en el aeropuerto de Montevideo.
El avión privado que trasladó al futbolista desde Natal llegó con demora y aterrizó pasadas las 05:00 local, por lo que había apenas unas diez personas en el aeropuerto.
Pero Mujica visitó hoy al futbolista y aseguró que le dio «un humilde abrazo» y lo invitó a «seguir viviendo, aprendiendo y luchando».
«En realidad, más que ir por nosotros, tratamos de simbolizar el afecto del pueblo uruguayo que, en estas condiciones, no juzga, rodea de afectos porque todo lo demás equivale como a pegar en el suelo», agregó el mandatario.
Mujica aseguró confiar en el espíritu de lucha que caracteriza a los futbolistas uruguayos y por eso reiteró su solidaridad «en el triunfo o en la derrota». «Al lado de ellos y con ellos. Y agradecidos por lo mucho que nos han dado», subrayó.
