Pase lo que pase el martes cuando se vuelvan a encontrar en la primera semifinal del Mundial, Messi y Modric nunca olvidarán la primera vez que se enfrentaron en una cancha. Para Leo, fue su primer gol en la Selección Argentina mayor, en su sexto partido. Para Luka, su debut con Croacia.
Fue el 1° de marzo de 2006, en el estadio Saint Jakob Park, de Basilea, Suiza. Todo ocurrió muy rápido, a los 3 minutos Ivan Klasnic puso en ventaja a los balcánicos, a los 4 empató Carlos Tevez y a los 6, Messi puso el 2-1 parcial. El amistoso terminó con triunfo por 3-2 para Croacia con una ráfaga sobre el final. Pero eso fue lo de menos.
Leo tenía 18 años y usó la camiseta 19, la misma que utilizaría luego en el Mundial de Alemania. Luka ya tenía 20 y jugó con el número 14, el que repetiría en junio en la Copa del Mundo. Para los dos, Messi y Modric, aquel fue el primer Mundial y en el siguiente ya serían dueños absolutos de la camiseta número 10, aunque el croata tuvo que esperar al de Brasil 2014 ya que su selección no se clasificó para Sudáfrica 2010.
El número, emblemático, diferencial, es una de las tantas cosas que los definen y los unen. También hoy son capitanes y referentes. Si Argentina es Messi, Croacia es Modric. Así de simple, más allá de las diferencias.
Los caprichos del destino parecen empeñados en cruzar las vidas de estos dos cracks que ahora, quizás en su último Mundial, se volverán a enfrentar en otro día que luego no olvidarán: el próximo martes 13, en el estadio Lusail de Doha, para saber quién de los dos jugará la final del Mundial de Qatar.
