el mejor jugador del mundo regaló otra jugada antológica que va a quedar en la historia de los mundiales. El crack de 35 sacó de paseo a la promesa de la defensa croata de 20 años y le sirvió el tercero a Julián Alvarez, la otra figura de la noche qatarí, para sellar la goleada por 3-0 ante Croacia y sacar el boleto a la final del domingo, que será contra la Francia de Kylian Mbappé o la sorprendente Marruecos.
Y también, luego de la euforia de los festejos en el campo y en el vestuario, se encargó de avisar que la final será su última función en esta competencia, la más importante de todas.
«Estoy con mucha felicidad. Es poder disfrutar de esto, de terminar mi recorrido y jugar mi último partido en un Mundial en una final. Es muy emocionante lo que viví en este Mundial. Es muy emocionante cómo lo está disfrutando la gente en la Argentina», dice el 10 argentino en zona mixta después de haber anotado de penal su quinto tanto en Medio Oriente. Es, junto con Mbappé, el goleador del torneo. Y ya es, en soledad, el máximo anotador argentino en Copas del Mundo, con 11 anotaciones (superó a Gabriel Batistuta, con 10).
«Seguramente el del domingo será el último partido en un Mundial. Son muchos años para el siguiente y no creo que me dé. Terminar de esta manera es lo máximo», sostiene con una cara de satisfacción que se compara con la que mostraba cuando al fin conquistó ese negado título en la Mayor en el Maracaná. No hay nostalgia en su mirada; hay tranquilidad. Llegó: jugará el partido que más quería jugar.