«Me preguntáis tanto por él que se me van a acabar las palabras», se defendió Valverde en la rueda de prensa del Camp Nou cuando anoche, después de hacer el hat-trick número 43 de su carrera (que acabó en póker), le cuestionaron por Leo Messi, que acapara elogios por otro inicio de temporada brillante, el enésimo en su carrera. «Sabes que cuando toma el balón va a pasar algo. Y que va a pasar algo bueno para su equipo y malo para el rival». «En el otro equipo hay un jugador que, simplemente, es el mejor del mundo», se resignó Dani García. Mendilibar lo explicó más gráficamente aún. «Messi es un jugador que aparca muy bien. Ocupa el sitio que deja el lateral que sube, se mete detrás de los mediocentros rivales. Es muy inteligente. Camina 80 minutos y en 10 hace lo que hace». Denis señaló que «es el mejor del mundo, nadie tiene duda de eso» y Semedo, que provocó el penalti del 1-0 del argentino, concluyó: «Sin palabras».
Y ahora, los números. Con sus cuatro goles al Eibar, Messi pasó a una leyenda, Jimmy Greaves, que había marcado 357 goles en la liga inglesa. Messi, con 358, ya es el segundo máximo goleador de la historia en una de las grandes ligas europeas, aunque Cristiano es el máximo goleador si tenemos en cuenta sus goles en la Premier League durante su etapa en el Manchester Unitd con 370. El argentino está ya sólo a siete goles del torpedo, Gerd Müller.
Aunque seguramente el mensaje se autodestruya esta noche, lo cierto es que Messi lleva los mismos goles que el Real Madrid en la Liga (nueve). Sus cifras no se paran. Lleva 557 goles con el Barcelona, 523 oficiales y 34 en amistosos. Y en el Camp Nou ya ha marcado 102 goles. En ocho partidos este año, Messi ha marcado 12 goles y ha dado una asistencia, una cifra que indica que vuelve a extremar su perfil goleador después de varias temporadas en las que, con Suárez y Messi, se había alejado más del gol y se había colocado más por zonas intermedias.
