El Barça se pasó el verano buscando recambios para Neymar pero va a tener que acabar poniendo a sus nuevas figuras (Dembélé y Coutinho) en la banda derecha. En la izquierda, quien pide pista libre se llama Jordi Alba, que está cuajando una de las mejores temporadas de su carrera.
Valverde pensó con acierto que el vacío de Neymar no lo iba a llenar nadie. Nadie con su desequilibrio, con su gol, con su capacidad de influir en los partidos, de asistir a Messi y Suárez. Y decidió llenar el centro del campo.
Los números son espectaculares. Jordi Alba ha dado nueve asistencias esta temporada, siete de ellas a Messi. El argentino, por su parte, las reparte más. Diez pases de gol, dos de ellos al lateral que ha calcado sus tantos ante el Valencia en Mestalla y el Celta en el Camp Nou. La sociedad Messi-Alba es, seguramente, uno de los dos o tres mejores argumentos del Barcelona en ataque estático y un dolor de cabeza para los entrenadores rivales.
Alba sonríe cuando le preguntan en zona mixta qué le ha venido mejor, si la marcha de Neymar o la de Luis Enrique. Su futuro en el Barça, obsesionado en el fichaje de Theo Hernández, estuvo en el aire. El futbolista admitió dudas» sobre su porvenir y parte de la directiva era partidaria de una buena venta del jugador. El ambiente se enrareció. El 3-4-3 de Luis Enrique terminó por arrinconarlo hasta que recuperó su sitio casi a final de temporada.
Alba llegó a preguntar a sus amigos en la Premier cómo era la vida en Inglaterra. Un partido le devolvió el protagonismo. Fue el día de Sant Jordi la temporada pasada. Sin Neymar, sancionado, Alba protagonizó una cabalgada memorable que acabó en un pase atrás a Messi. El gol del 2-3 que hemos visto fotocopiado este temporada.