Marco Pablo Pappa va al fútbol de Singapur, a jugar con el Brunei DMMM y me alegra, en redes sociales veo que muchos se burlan de su salida, lo denigran, denostan, destrozan y desafectan de todo el fútbol nacional, como si no existiera o no hubiera participado, como si su tiro libre contra Estados Unidos no nos hubiera levantado de los asientos y elevado esos gritos de gol de Selección que se miran tan lejos como Alfa Centauri.
Se dirige a una rareza, el fútbol de Singapur, eso si, donde mueven Papa por montón, basta decir que es un territorio de poco más de 700 kilómetros cuadrados, más de 5 millones de habitantes y el tercer espacio geográfico más denso del planeta, solo detrás de los tumultos de gente que se mueve por Macao y en Mónaco, hay que añadir a Hong Kong como el 4to y Gibraltar el 5to, todos ellos espacios pequeños con un gentío interminable, pero prósperos, todos quieren habitar donde la Papa navega a manos llenas.
La Liga de Singapur arrancó a principios del Siglo XX, antes de la nuestra, era un protectorado inglés con mucho comercio y la colonia inglesa exportó la Joya de la Corona, el fútbol, como hizo alrededor del mundo, cuando en el Imperio Británico no se ponía el sol y la pelota empezaba a rodar universalmente. Luego los hijos de la Gran Bretaña, los ingleses, quienes creían que jugaban balompié como nadie más, tuvieron que despertar a la realidad en 1950, cuando les ganó Estados Unidos en el Mundial de Brasil y luego destrozados y humillados por Hungría en su propia grama sagrada de Wembley. Ya en los 50s estaba formada la Asociación de Fútbol de Singapur y en los 80s la Premier League, que es su única división, la componen 9 equipos y no hay descensos, el cuadro de Pappa terminó penúltimo en la última campaña a un catizumbal de puntos, 45 para ser exactos, del campeón Albirex Niigata, que ha ganado las últimas 2 Ligas.
Marco Pappa fue importante para el último título logrado por los Rojos en el Clausura 2017, su pierna izquierda siguió precisa para buscar la cabeza de Kamiani o la compañía de Puerari, pero un bajón en el Apertura 2017 no solo lo relegó a la banca, luego de que parecía que se iba, se quedaba, retornaba, sino lo hizo víctima de esa parodia del Twitter y el Facebook, que son capaces de descabezar al más pintado. Ya no es un jugador que cambiará su historia deportiva a los 30 años de edad, como ese segundo aire que tuvo Juan Carlos Plata en su tercera década de la vida, pero aun le puede sacar raja a la gran calidad técnica que posee. Es capaz de llegar al gol en la media distancia, como nos mostró varias veces en su recordado paso por la MLS, sus toques en la ventosa Chicago le abrieron el paso por el fútbol, el retorno a Seattle parecía que se lo aderezaba con goles de antología, pero su recorrido para el olvido en el Colorado Rapids parece que cerró las puertas en el Gigante del Norte.
Como las naves descritas por Emilio Salgari en los viajes de Sandokán, por todas esas tierras de aventuras de piratas, y en las que Pappa navegará ahora, deberá mostrarnos de nuevo que la imaginación en la cancha es una de las riquezas que nunca deben ausentarse de ellas, joyas como la del gol de 60 metros en el Trébol y que deberían formar parte de su repertorio y de nuestra memoria por el resto de sus días, es de lo que queremos que cultive como las perlas del sudeste asiático.
Marco abrió nuestro mercado en Holanda, su paso por el Herenveen tampoco fue el que deseábamos, se comió la banca en sus 2 temporadas, pero financieramente pudo arreglar parte del destino de su futuro y el de los suyos, el cuento chino de que Marco Van Basten lo postergó allí por racista nunca me lo creí. El zurdo nacional que creció con los Rojos se pierde muchas veces en el juego para las tribunas y en el pragmatismo holandés no debió verse con buenos ojos, el goleador holandés, su entrenador, debió desesperarse cuando daba una vuelta de más con la pelota. Esta vez va a un fútbol que tiene clasificaciones hacia las Copas Internacionales de Asia, esperamos que Pappa levante vuelo junto al Brunei DMMM, además patrocinado por el jugoso petrodólar del Sultanato árabe.
Que llegue mucho más lejos, que este nuevo mercado que abre se convierta en una nueva meta de nuestros futbolistas, que su futuro financiero se asegure y que muestre que su pierna izquierda no tiene aun fecha de caducidad, que su registro técnico sigue vivo y que él sigue siendo figura y no un inerte esqueleto de multitud.