Con un gol de Mario Mandzukic, en el minuto 109, Croacia derrotó a Inglaterra 2-1 y jugará la final del Mundial ante Francia el próximo domingo en el estadio Luzhniki.
El partido inició con un cuadro croata desconcentrado, errático y con un evidente cansancio físico producto de que los dos partidos de clasificación a esta instancia llegaron hasta los tiros penales; prueba de ello, es que al minuto 5 Kieran Trippier puso a ganar a Inglaterra con un tiro libre perfectamente ejecutado.
Otra clave que hizo pensar que Croacia sería una presa fácil para Inglaterra fue Jordan Pickford, quien hizo algunas atajadas increíbles y mostró su concentración para leer los tiros de larga distancia como su agilidad para salir a cortar las jugadas.
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Sin embargo, el mediocampo croata volvió a encontrar su funcionamiento de la mano de Luka Modric, quien estuvo en todas partes. Tuvo otro partido fantástico el talismán croata, quien encontró en Ivan Perisic, el anotador del primer gol de Croacia, su mejor aliado.
Ese gol provocó que el partido se fuera al alargue. Esta fue la novena ocasión que la semifinal de una Copa del Mundo llegó a tiempos extra. En las otras ocho ocasiones, el juego tuvo que ir hasta los penales en cinco ocasiones y solo tres se definieron al igual que esta noche.
El desconsuelo de Inglaterra fue evidente. Llegó a Rusia con una camada de futbolistas jóvenes que demostraron que están para soñar en grande. Esta vez, se quedaron en la orilla de la final: irán a San Petersburgo a pelear el tercer puesto con Bélgica.
