El Club Deportivo Malacateco vuelve a estar en el centro de la polémica, esta vez por hechos extradeportivos que han encendido las alarmas en el fútbol guatemalteco. El reciente encuentro ante Antigua GFC fue noticia no solo por un altercado entre aficionados y jugadores fuera del estadio, sino también por una preocupante falta de seguridad durante el desarrollo del partido.
Según el acta arbitral, al final del encuentro el cuerpo de árbitros no recibió el resguardo necesario para ingresar a los camerinos. Esto permitió que un grupo de aficionados locales los agrediera verbalmente y les lanzara objetos. Además, los vehículos del equipo arbitral fueron vandalizados: varios presentaban llantas pinchadas y rayones con objetos punzocortantes. La situación obligó a que la Policía Nacional Civil los escoltara fuera del estadio y del municipio.
Multa económica y advertencia
Este no es un hecho aislado. El estadio de Malacatán ha sido escenario de incidentes similares en el pasado, con antecedentes que incluyen amenazas y agresiones a equipos visitantes y árbitros. Uno de los casos más recordados fue el de jugadores de Cobán Imperial, quienes años atrás fueron intimidados con machetes.
Ante la reincidencia, el Órgano Disciplinario de la Liga Nacional impuso una multa de Q15,000 por el lanzamiento de objetos al campo, y otra de Q20,000 por incumplir con los protocolos de seguridad. También se anunció que cualquier aficionado identificado como responsable de los disturbios será vetado por dos años del ingreso a los estadios.
La situación refuerza el llamado urgente a tomar medidas más firmes para garantizar la seguridad en los escenarios deportivos del país.
