El próximo domingo se cerrará el telón de la Copa del Mundo Rusia 2018, luego de disputar el partido entre Francia y Croacia, y el máximo guardián de las tácticas y de los “secretos” que ambas selecciones presenten será el mítico estadio Luzhniki, el mismo que ya presenció la inauguración de este magno evento del fútbol mundial.
El estadio más grande de Rusia abrió sus puertas hace más de 60 años. Ha sido sede de numerosos eventos, entre ellos las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos de 1980, la final de la Liga de Campeones del 2008 disputada entre el Chelsea y el Manchester United y el Mundial de Atletismo del 2013.
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Todo parece ya listo para albergar la gran cita mundialista y celebrar con el cuadro que resulte vencedor; pero una cosa es segura, quienes hayan visitado antes de la remodelación el recinto, que celebró el año pasado para su 60 aniversario, podrán confirmar lo mucho que ha mejorado. Con el Mundial de 2018 acaba de empezar una nueva vida.
Se eliminó la pista de atletismo, las gradas se desplazaron para que queden más cerca del terreno de juego y recibió una forma rectangular. Además, se ajustó y se amplió su altura con el añadido de dos nuevas hileras de asientos. La capacidad del estadio se incrementó de 78 mil a 80 mil localidades, aunque para este último partido solo se recibirán 78,011 personas.