Brasil llegó a este Mundial como la gran favorita y con toda la expectativa de que el talento de sus estrellas ofensivas como Neymar, Coutinho o Gabriel Jesus serían garantía de jogo bonito y de fútbol de espectáculo.
Sin embargo, después de tres partidos disputados, fue el poderío de la defensa canarinha lo que más llamó la atención.. Ante los gigantes serbios, la Brasil de Titefue más física y dominante en todas las líneas y aspectos del juego, incluso en las jugadas de balón aéreo, especialidad de los rivales que cayeron eliminados.
Miranda ganó 9 de las 11 disputas directas contra los rivales del este mientras que Thiago Silva ganó 8 de 10. Pero el que más balones recuperados logró en el partido fue Casemiro, 14 en el total. No es casualidad que Brasil sea el segundo equipo que más balones recuperó en este Mundial, 145, detrás sólo de Irán.
El momento de forma de los defensores brasileños refleja también en la portería. Alisson es el portero menos asediado de Rusia: sólo tuvo que hacer dos paradas difíciles y terminó la fase de grupos con un gol encajado. Un número que llama más la atención cuando comparado con el portero del rival de la canarinha en octavos, Memo Ochoa, de México, que tuvo que trabajar 17 veces en ocasiones de peligro real de gol.
La solidez del sistema defensivo es una preocupación de Tite desde el comienzo de su trabajo con la selección. Desde que el entrenador asumió el mando del equipo, hace dos años, Brasil sólo encajó seis goles en 24 partidos. Suiza fue la única a romper la muralla en los últimos ocho encuentros, donde figuran rivales del nivel de Croacia, Inglaterra, Rusia y Alemania.