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Leilany González, un ejemplo de resiliencia en el levantamiento de potencia

Leilany Alejandra González Campo encontró en la práctica del levantamiento de potencia una forma para superar la pérdida de su padre, al mismo tiempo una oportunidad para fortalecer su autoestima y ponerse metas altas como atleta de alto rendimiento.

Con 23 años, Leilany es una de las atletas con mejor proyección dentro de la Federación Nacional y que representa con orgullo a su departamento, Escuintla.

Leilany comenzó en este deporte de fuerza gracias al aliento de su madre, Claudia Lara, quien fue la primera de la familia en dedicarse de lleno a entrenar y competir.

En su último año en la categoría junior en los 63 kilogramos, Leilany ha destacado como campeona nacional absoluta y anhela competir pronto en el plano internacional.

Un deporte revulsivo

Leilany cuenta que de pequeña le gustaba practicar diferentes deportes, como gimnasia, natación y karate, pero un episodio triste que marcó su vida la hizo cambiar de parecer e inclinarse por el levantamiento de potencia.

A sus 9 años sufrió el fallecimiento de su padre y confiesa que “emocionalmente me había bloqueado y ya no quería hacer ningún deporte”. 

Sin embargo, empezó a acompañar a su mamá al gimnasio de levantamiento de potencia, quien la animó a unirse a los entrenamientos de fuerza. 

“En ese momento fue el deporte que me dio autoestima y fuerza para salir adelante. Y me ha ayudado a sentirme mejor conmigo misma”, admite. 

Con 14 años y a pesar de que los resultados en las competencias no eran los mejores, Leilany se dio cuenta de que en la modalidad de sentadilla era en la que más segura se sentía y empezó a perfeccionar su técnica.

La perseverancia en sus entrenamientos tuvo sus frutos dos años más tarde, cuando Leilany ganó su primer campeonato absoluto: “Con 52 kilos era la que menos pesaba entre todas las competidoras, pero fui la más fuerte y todas me admiraron. A pesar de que les gané, yo mantuve mi humildad y animaba a mis compañeras”, recuerda.

Su desarrollo en el deporte de élite 

Por su timidez, Leilany admite que en su primera etapa entrenaba sola, pero luego se fue integrando a sus compañeras. 

 Poco a poco fue tomando confianza de la mano de su entrenador, Brus Sazo: “Él fue atleta y ahora es referente en Escuintla. Llevo cinco años y mis mejores resultados han sido con él”, afirma. 

Leilany detalla que su mejor marca personal en la modalidad de bench press, la que más domina ahora, es de 215 libras. Y en peso muerto su mejor registro fue de 368 libras, en una competencia en 2023.

Dentro de sus metas, la levantadora juvenil dice: “uno de mis sueños es salir a competir fuera del país. A pesar de que recientemente he tenido lesiones, me he recuperado y sé que Dios tiene algo preparado para mí”, expresa.

“Quiero ser una de las mejores de Guatemala. Admiro mucho a atletas europeas de Francia y Polonia. Mi anhelo es poder alcanzar a una de las grandes y llegar lejos”, añade sobre sus aspiraciones.

En el corto plazo se enfoca en la clasificación a alguno de los torneos internacionales de este año: “Quiero llegar superando las lesiones y dolores, hacer levantes válidos, con las técnicas correctas y hacer los mejores levantamientos posibles. Espero alcanzar las 225 libras en bench press y las 400 en peso muerto y sentadilla”, se amina a pronosticar. 

Como atleta de tercera línea, Leilany cuenta con el respaldo de la Federación para tener implementos, suplementos, máquinas en el gimnasio y todo tiempo de pruebas físicas.

“Como atletas de los departamentos nos toman en cuenta, tenemos muchas oportunidades”, complementa.  

Un deporte sin complejos 

Rompiendo los estereotipos, Leilany se refiere a los beneficios que conlleva la práctica del levantamiento de potencia: “es un deporte para hombres y mujeres; animo a las mujeres que quieren enfocarse en su autoestima, en la fuerza física y mental, esto ayuda muchísimo”, afirma.

Y va más allá: “la potencia es la base de todos los deportes, ni porque es delgado, o gordo, es para todos. Nos da seguridad para cualquier otro deporte que practiques. Tengo compañeros que, aunque son delgados, desarrollan mucha fuerza. No se necesita ser 100% estético para poder practicar este deporte; la fuerza física y mental, es lo más importante”, asegura.

Leilany reconoce que no es una disciplina tan conocida y a menudo la confunden con la halterofilia (es deporte olímpico): “también a veces me preguntan si yo hago fisicoculturismo, pero acá nos enfocamos en la fuerza y cada uno desarrolla una fortaleza ya sea en bench press, peso muerto o sentadilla (las tres modalidades de la potencia)”, expresa.

Sobre la rutina de entrenamientos y competencias, cuenta: “lo más importante es el descanso, ya que levantamos mucho peso. Competimos por categoría y debemos cuidar la alimentación. En las sesiones de entreno no solemos hacer muchas repeticiones, lo más importante es hacer el levante”, afirma. 

Aprendizajes de vida 

A su corta edad, Leilany admite que el levantamiento de potencia le ha dejado lecciones en el plano deportivo y fuera de el: “He aprendido a enfocarme en mi propio esfuerzo y no lo que están haciendo los demás”, asegura.

Además, reconoce que el deporte de alto rendimiento le ha enseñado el valor del compañerismo en competencia y en el gimnasio. 

“Pero lo más importante es mantener la humildad, recordando de dónde vengo, aprender de los errores y cuidarse de las lesiones”, reflexiona para terminar. 

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