Javier Mascherano tiene dos poderosas razones para abandonar el Barcelona: el descontento con el club por la diferencia de trato que ha recibido respecto a Messi y Neymar en su conflicto con la Agencia Tributaria y la posición que ocupa en el campo.
En el pasado mes de enero, el jugador argentino aceptó una condena de cárcel de un año por defraudar 1,5 millones de euros a Hacienda y pidió a la Audiencia de Barcelona la sustitución de la pena por una multa de 21.600 euros. El jugador cree que el club no acudió en su defensa con la misma celeridad que en los casos de Messi y Neymar. Esa diferencia de trato le ha alejado mucho de la junta que preside Josep Maria Bartomeu.
La segunda cuestión que le enfrenta al Barça es puramente deportiva. Mascherano, que siempre fue mediocentro, ha acabado como central, puesto que no es de su agrado. Fue Guardiola quien primero le empleó ahí como solución de emergencia pero el desempeño del puesto se ha elevado a definitivo por la falta de pericia del club para encontrar centrales en el mercado y porque Busquets le cierra el paso en el centro del campo. Sin embargo, Mascherano pretende regresar a su puesto natural y considera imposible que el Barcelona le ofrezca una oportunidad ahí.
El jugador, de 31 años y con contrato en vigor hasta 2018, trata con la Juventus su venta mientras el Barça está cerca de contratar al central del Deportivo Sidnei. Mascherano llegó al Barcelona en 2010. Ha jugado 281 partidos, no ha marcado ningún gol y ha dado cuatro asistencias.
