La llama olímpica llegó el viernes a Japón, procedente de Grecia, en una ceremonia ajustada para transcurrir con sobriedad dentro de una base aeronáutica del norte del país asiático.
Portada en un contenedor, la flama hizo su arribo en medio de crecientes dudas sobre si los Juegos Olímpicos se inaugurarán el 24 de julio, como está previsto, ante la pandemia de coronavirus.
Los organizadores y el Comité Olímpico Internacional sostienen que así será. Pero parece crecer cada vez más la alternativa de posponer e incluso cancelar los Juegos.
El avión que transportó la llama llevaba impresa en un costado la leyenda “Relevo de la Antorcha Olímpica de Tokio 2020”. La aeronave fue recibida en la pista por un pequeño contingente de funcionarios del comité organizador.
La flama fue recibida por dos de los deportistas olímpicos más famosos de Japón _Saori Yoshida, tres veces ganadora del oro en lucha, y Tadahiro Nomura, campeón del judo en tres ocasiones.
La llama permanecerá en Japón durante casi una semana, hasta el 26 de marzo, cuando comenzaría oficialmente el relevo de la antorcha en la prefectura de Fukushima.
Esa zona nororiental, a 250 kilómetros (150 millas) de Tokio, fue devastada en 2011 por un terremoto, tsunami y fusión de tres reactores nucleares. Muchas personas siguen ocupando viviendas temporales tras aquel desastre.
Llevar la llama a Japón representa un triunfo simbólico para el COI y los organizadores locales, quienes insisten en que los Juegos Olímpicos se inauguren como está programado y en que los Paralímpicos comiencen el 25 de agosto.
Incluso si ello no ocurre, el hecho de que la llama esté ardiendo ya en Japón podría aprovecharse como un emblema en caso de una postergación. La flama constituiría también un símbolo de unidad para los japoneses.
El miércoles, en una conferencia telefónica, el presidente del COI Thomas Bach recibió el apoyo para seguir con los planes. Pero simultáneamente, han surgido críticas de los deportistas que no pueden entrenar, están confundidos sobre las pruebas eliminatorias o se muestran preocupados por su salud.
Los críticos se quejan también de que el proceso de clasificación sería injusto, pues daría ventajas a algunos deportistas sobre otros.
El relevo de la antorcha podría implicar problemas, particularmente para los patrocinadores que han invertido millones de dólares.
En Grecia, donde la antorcha fue encendida el 12 de marzo, se frenó el relevo apenas en el segundo día y no se reanudó ante la recomendación de no realizar actos con público masivo.
Los organizadores japoneses han pedido que la gente se abstenga de participar en el relevo, y han advertido que podrían detenerlo en caso contrario.