Le dio al Barcelona su primera Copa de Europa y ahora dirige al equipo culé, pero estuvo cerca del Madrid. En 1989 brillaba en el PSV… y negoció con Mendoza. Así fue la historia… Todo el mundo recuerda el misil de Ronald Koeman a la Sampdoria que le dio al Barcelona su primera Copa de Europa. Un disparo desde de 25 metros en el minuto 112 que superó a Pagliuca y convirtió al holandés en el Héroe de Wembley. Pues bien, el actual entrenador del Barcelona y leyenda culé, estuvo cerca de no serlo: el Madrid tuvo un preacuerdo con él en 1989… cuando aún estaba en el PSV Eindhoven. «El Madrid está interesado en mi fichaje, sí», así respondía Koeman, con la naturalidad de la época, una llamada de la Cope a la habitación de su hotel, el Sheraton de Múnich. Era principios de enero de 1989 y se sabía el líbero más cotizado del fútbol europeo junto a Baresi hasta el punto de poderse dar el lujo de sentarse y escoger club.
En aquella época se habló de «batalla monetaria» entre los dos grandes españoles, con el Atlético intentándolo también desde lejos por la vía del padre del defensa, Martin Koeman, por entonces mánager del Groningen. La cantidad que el Real Madrid estaba dispuesto a desembolsar por Koeman fue 1.100 millones de pesetas (unos 7M€): 600 millones (4M€) para el Eindhoven y 500 (3M€) para el holandés en cuatro temporadas. Fue inferior a la del Barcelona, que la alzó más, hasta los 1.400 millones de pesetas (8,5M€): 800 millones a su club de origen (más de 4,5M€) y 150 a él por cada año (casi 4M€ en total). Papá Koeman fue explícito en lo que le había dicho a su hijo Ronald: «Yo le recomiendo el Madrid, ése es mi consejo».
El Madrid necesitaba un arma atrás y Beenhakker no paraba de pedirla. Camacho ya era un futbolista crepuscular (33) años y no le bastaba con Tendillo y Sanchís. Pese a ser campeón de Europa, haber eliminado al Madrid de la Quinta del Buitre en semifinales y ganar también la Euro de 1988 con Holanda, Koeman no podía fichar porque por entonces en la Liga preBosman sólo se podían inscribir dos extranjeros y el Madrid ya tenía a Hugo Sánchez y Schuster. Se venía hablando entre los clubes para permitir un tercer extranjero, de ahí que el Madrid llegase a un preacuerdo inicial con el defensa oranje. El Barcelona, en manos de Núñez en la azotea y Cruyff en los banquillos, se encaminaba a unas elecciones presidenciales y Koeman era un atractivo reclamo. Milán y Juventus se habían bajado de la puja, el Atlético no pudo echarle el lazo pese a que Gil se intentó camelar a Martin Koeman (le prestó un Mercedes durante una breve estancia en España) y desde enero se quedó en un cara a cara Madrid-Barça, un Clásico en los despachos por Koeman.
Acusaciones de ‘inflar’ los precios, desmentidos de una supuesta mala relación entre Koeman y El Flaco… el fichaje pasó a ser la comidilla europea. Finalmente el Barcelona puso más florines (la moneda holandesa de la época) y Koeman fue presentado el 22 de enero de 1989 en el Camp Nou como jugador culé. Allí brindó seis años gloriosos en el Dream Team, con 264 partidos y 88 goles, entre ellos el zapatazo de Wembley y diez títulos a las vitrinas. Ahora intenta enderezar la nave azulgrana tras el adiós abrupto de Valverde y Setién. Una leyenda que pudo serlo, quién sabe, del equipo que el tulipán tendrá enfrente este sábado. El gran rival, el Real Madrid.