Keylor Navas vivió una noche aciaga en Bruselas, en la derrota de Costa Rica ante Bélgica, justo antes de poner rumbo a Rusia para debutar en el Mundial el domingo contra Serbia. Recibió cuatro goles y poco pudo hacer para evitarlo ante la debilidad de su defensa.
Desde el 6 de septiembre de 2011 el guardameta no encajaba cuatro goles vistiendo los colores de su selección. Fue en la goleada de Ecuador en Quito, también en un partido amistoso y en aquella ocasión el resultado fue de 4-0.
El portero del Real Madrid inició el partido con acciones seguras, rápido para atrapar algunos balones muertos en el área y sin complicaciones para jugar con los pies. Poco a poco la intensidad del ataque belga creció y él respondió de la mejor manera.
En los goles poco se le puede achacar, en todos ellos hubo cierta pasividad de sus zagueros y enorme superioridad de los delanteros, más vivos que sus rivales y eficaces en el remate.
Mertens lo batió por primera con un cómodo remate en el segundo palo y minutos después realizó la gran parada del partido al salir vencedor en un duelo frente a Lukaku. Achicó espacios y la pelota le pegó en el rostro. Quedó aturdido durante varios minutos y tuvo que ser atendido.
Los dos siguientes goles que encajó, ambos de Lukaku, fueron también en remates al primer toque. La línea de tres centrales no supo frenar este tipo de acciones y el delantero del Manchester United batió al tico en el tramo final de la primera mitad y a la vuelta del vestuario.
Pasada la hora de juego encajó el cuarto. Bélgica entró hasta la cocina con toques rápidos, liderados por Hazard, y Navas quedó vendido. Cuatro goles encajados ya eran ciertamente dolorosos. De ahí al final hubo más remates claros sobre la meta tica y Keylor respondió con acierto achicando espacios en intentos de mano a mano.
