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Kevin Cordón centra su objetivo en Río 2016

El guatemalteco Kevin Cordón, doble campeón panamericano de bádminton y mejor clasificado del continente en el ránking mundial (48), sueña con ir por tercera ocasión a unos Juegos Olímpicos y mejorar así su participación de Londres 2012, donde se coló entre los primeros 16 jugadores del planeta.

El deportista de 28 años manifestó, en una entrevista con Efe, su satisfacción por la reciente medalla de oro obtenida en los Juegos Panamericanos de Toronto, pero también advirtió que ya tiene un nuevo objetivo y que sus sueños y esperanzas están enfocados en la cita olímpica de Río de Janeiro 2016.

«Nunca pienso que soy el mejor jugador del continente. Es bueno celebrar el momento, pero quedarse subido en el podio es un error», afirmó el deportista, originario de un poblado del departamento de Zacapa, ubicado 185 kilómetros al noreste de la Ciudad de Guatemala.

«El sueño de todo deportista es clasificar a unos Juegos Olímpicos. Ganar una medalla olímpica es algo que no me pongo a pensar, pero no por algo malo, sino porque sería inolvidable», añadió Cordón, quien tendrá que buscar su boleto a Río de Janeiro 2016 mediante su clasificación en el ránking de la Federación Mundial de Bádminton.

Cordón fue eliminado en la primera ronda de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 pero en la cita de Londres 2012 su suerte cambió y se metió entre los 16 mejores jugadores del mundo tras superar la fase inicial de la competencia, aunque después fue eliminado en octavos de final por el japonés Sho Sasaki, clasificado en el séptimo escalón en aquel momento.

«Los sacrificios han sido duros, pero al final uno no los hace por obligación, sino por llegar a una meta», cuenta el guatemalteco, quien prácticamente ha dominado el badminton en América durante la última década.

Cordón se acreditó la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007 y posteriormente, en las ediciones de Guadalajara 2011 y Toronto 2015, ratificó su dominio con dos preseas de oro.

«Lo primordial es el entreno. Es parte de la vida que uno escoge», admite el atleta, que ve en dejar a la familia uno de los sacrificios más grandes que conlleva el deporte de alto nivel.

«Duele dejarlos. Ese es el primer sacrificio. Luego la rutina cansa y causa estrés, pero si uno ama lo que hace y tiene compromisos claros, se sobrepasan los obstáculos», explicó el zurdo, quien tomó por primera vez una raqueta a los 15 años y se olvidó profesionalmente de su otra pasión, el fútbol.

El camino de Cordón no ha sido fácil: en 2013 murió su hermano Marvin en un accidente de tránsito y una rotura total del ligamento cruzado de su rodilla izquierda amenazó la continuidad de su carrera en el mismo año.

Con lágrimas de júbilo, el guatemalteco certificó su regreso al deporte de alto nivel a finales de 2014, al ganar la medalla de oro de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Veracruz 2014, un paso adelante en su meta por volver a jugar unos Juegos Olímpicos.

«Conforme la vida pasa vas aprendiendo muchas cosas, muchos valores», asevera Cordón, quien confiesa que solo se toma libres los domingos, día en el que casi nunca se entrena.

«Al final eso es lo que cuenta: cómo crece uno y lo que aprende como persona. El deportista tiene una vida larga o corta, pero se termina. La persona sigue», concluyó el zacapaneco, consciente de que la fama no va a conseguir levantarle los pies de la tierra.

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