Italia, subcampeón europeo, se convirtió en la segunda selección en desembarcar en Brasil para la Copa Confederaciones, después de Tahití, y tiene previsto entrenarse este mismo lunes en Río de Janeiro para su debut en el torneo el domingo, cuando se medirá a México en el estadio Maracaná.
El tiempo de descanso del grupo será reducido. A las 16.30 hora local (19.30 GMT) ya tiene prevista una sesión de ejercicios en el estadio olímpico Joao Havelange y el martes el equipo entrenado por Cesare Prandelli disputará un amistoso con Haití en el estadio de San Januario.
El avión con la delegación italiana aterrizó en el aeropuerto internacional de Río de Janeiro a las 5.40 hora local (8.40 GMT) y el pequeño grupo de aficionados que madrugó para recibir la Azzurra tuvo que regresar a casa frustrado ya que los jugadores abordaron un autobús en la pista y siguieron directo rumbo a un hotel del barrio Barra de Tijuca.
El primer jugador en salir del avión fue el defensa Leonardo Bonucci, del Juventus.
Una de las estrellas de la Azzurra, el delantero Mario Balotteli salió un poco más tarde y, para tristeza de los fotógrafos y cámaras que lo esperaban, caminó los pocos metros desde el Airbus A330 de Alitalia hasta el autobús con la cabeza casi escondida.
Pese a que estaba previsto inicialmente que Prandelli concediese unas declaraciones a la prensa al desembarcar en Río de Janeiro, miembros de la delegación italiana afirmaron que las primeras declaraciones serán hechas en una rueda de prensa antes del entrenamiento de este lunes.
Italia está en el Grupo A de la Copa Confederaciones. Tras medirse a México el domingo en el Maracaná, el cuatro veces campeón del mundo se enfrentará a Japón el 19 de octubre en la Arena Pernambuco de Recife, y tres días más tarde a Brasil en la Arena Fonte Nova de Salvador