Isco ha participado como autor o asistente en 12 goles durante sus últimos 14 partidos como titular. Bale lleva lesionado 18 días (desde el Clásico) y aún no hay fecha concreta para su vuelta… ¿A quién poner en la final de Cardiff?
Lo que en otro equipo parecería una decisión sencilla, en el Madrid se convierte en sudores fríos para su entrenador y debate público casi hasta que suene el himno de la Champions en el Millenium Stadium. Zidane tiene que decir qué hacer el próximo 3 de junio. No es sólo una cuestión de nombres, es un cambio de dibujo. Hasta de estilo. Elegir entre vestir un chaqué o una cazadora de aviador.
‘Kid Isco’. “Ese chico Isco remachó la eliminatoria”, tuiteaba Gary Lineker tras el 2-1. El malagueño hizo el gol que serenó al Madrid y se despidió del Calderón sin haber firmado aún su renovación pero reforzado. El debate sobre el 4-4-2 o la ‘innegociable’ BBC está en el propio corazón del vestuario. Tras el 3-0 de la ida, Kroos abrió el melón en BT Sports: “Normalmente somos tres y tres arriba… Eso fue la clave, esta vez tuvimos un jugador más en el medio”.
Zidane ya levantó más de una ceja cuando dijo que Bale había jugado el Clásico “porque estaba ilusionado” pese a llevar sólo tres entrenamientos con el grupo. Duró 36 minutos. La BBC se desintegró y entró Asensio. Ahora, el paralelismo es evidente. Bale se emplea a fondo para recuperarse a tiempo de la lesión de grado II en el sóleo (su octava en el Madrid) y hasta ha probado una nueva máscara que simula entrenamiento en altitud. Pero llegará al todo o nada ante la Juventus, de cumplir los pronósticos, con sólo una semana de alta médica.