Leo Messi tuvo que dejar la banca y mostrarle el camino correcto a un Barcelona que se encontraba perdido y lleno de dudas al descanso. Con múltiples fallas de Griezmann (incluido un penalti), los azulgranas temieron lo peor en casa, sin embargo, la simple presencia del astro argentino fue suficiente para definir el partido en el complemento al provocar un penalti, una expulsión y lograr que (por fin) Antoine se hiciera presente en el marcador.
Los siete goles que hubo en el partido (5-2) se podían predecir con el ida y vuelta constante que ocurrió tras el silbatazo incial. Mientras Griezmann exhibía su falta de confianza y puntería, Ter Stegen se hacía presente bajo los tres postes, igual de efectivo en su regreso en LaLiga como en la Champions a media semana. Cualquiera podía abrir el marcador pero Dembelé fue el que acertó al 22′ luego de un recorte y un zurdazo que dejó sin posibilidades a Claudio Bravo.
Luego de tres disparos que rozaron el poste visitante, Griezmann tuvo su gran oportunidad para marcar cuando el árbitro decretó una pena máxima a favor de los azulgranas luego de una barrida de Mandi sobre Ansu Fati. A falta de Messi, el francés tomó el esférico, lo colocó en el punto de penalti pero Bravo detuvo el cobro que salió a media altura.Por si la falla no fuese suficiente castigo, los de Pellegrini encontraron el empate segundos antes del descanso gracias a que Sanabria cerró la pinza tras un centro por izquierda de Tello.
No había de otra. Messi tuvo que ingresar al partido para rescatar un posible desastre. Ansu Fati fue el sacrificado pero valió la pena. Pocos segundos bastaron para pesar en el partido y tan solo tres minutos para lograr lo imposible: destrabar el encuentro y que Griezmann marcara gol. Todo eso, lo logró sin tocar el esférico, algo que solo puede el mejor del mundo. La ‘Pulga’ hizo una gran finta dentro del área para que su compañero simplemente empujara la redonda.
No sería todo. Al 60′, Messi recibió dentro del área, evadió a Bravo, cedió a Dembelé y su disparo pegó en la mano de Mandi, expulsado tras una intervención del VAR. No hubo dudas, Lionel tomó el balón y lo envió al fondo desde los once pasos. La tarea estaba hecha.
Aunque los verdiblancos jugaban con 10, lograron hilar una gran jugada con Álex Moreno, quien cedió en diagonal a Loren (recién ingresado) para el 3-2 (73′). Los visitantes se aferraron a la vida hasta que pareció otra vez su peor pesadilla. Al 81′, Messi ingresó al área y definió con furia al primer poste de Claudio Bravo para liquidar el juego de una vez.La cereza del pastel fue el primer gol de Pedri en LaLiga al empujar un servicio de Sergi Roberto al 90′. No hubo más. Los catalanes se van con buenas sensaciones y olvidaron el susto que tuvieron al ver a un Barça sin su ídolo.
