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El reto de Ucrania para jugar el Mundial de Catar

Una nota del Espanol.com

El fútbol, como la vida misma, se paralizó en Ucrania por la invasión de Rusia. Desde el 24 de febrero que el balón no rueda por el césped de los campos ucranianos y sus futbolistas sufren un insólito parón. Algunos de ellos han tenido que cambiar las botas por las armas para defenderse y en el horizonte aparece el Mundial de Qatar 2022 para el que todavía tienen que clasificarse.

Ucrania, como otras nueve selecciones europeas que sí lo hicieron, debió jugar durante las últimas dos semanas la fase de repesca. Su selección todavía aspira a hacerse con un billete para la cita mundialista, teniendo que superar a Escocia en el partido pendiente para medirse a Gales en una hipotética final por el pase. Tras el aplazamiento, la nueva fecha fijada fue para junio.

Pero a Ucrania nada le promete que para entonces el conflicto haya acabado y, por ende, su fútbol se haya reactivado. Las imágenes horribles de los ataques rusos se suceden cada día y los futbolistas se dispersan por todo el país protegiéndose junto a sus familias. Ante esa situación, se buscan soluciones para que el país pueda luchar por estar representado en una cita de alcance global como es el Mundial de fútbol.

Los únicos que han seguido con la práctica de su profesión con normalidad han sido los ucranianos que juegan en el extranjero. Internacionales asiduos a la selección son 11, en total. En la Premier League hay tres: Oleksandr Zinchenko (Manchester City), Andriy Yarmolenko (West Ham) y Vitaliy Mykolenko (Everton). En Italia juega Ruslan Malinovskyi (Atalanta) y en Portugal, Roman Yaremchuk (Benfica). Por otros países se reparten Oleksandr ZubkovDanylo Sikan, Viktor KovalenkoEduard SobolTaras Kacharaba y Roman Bezus. Desde la distancia siguen a diario las atrocidades que sufren sus compatriotas, familiares y amigos incluidos.

El seleccionador Oleksandr Petrakov (Kiev, Ucrania; 1957) ha intentado desde el principio que sus jugadores puedan tener una vía para seguir activos. Inicialmente, propuso que los futbolistas de la Liga Premier ucraniana hicieran una especie de campus de entrenamiento al oeste del país, la menos sitiada por los rusos. Eso obligaba a asumir riesgos para los propios jugadores.

«También hay bombardeos en el oeste de Ucrania. Y si alguien dice que el campo de entrenamiento de la selección ha comenzado, los enemigos podrían comenzar a bombardearnos. Esta gente no tiene moral ni principios, y no podíamos arriesgar a nuestros jugadores. Los rusos no son nuestros hermanos, son la horda», decía el propio Petrakov en una reciente entrevista para The Guardian.

Las conversaciones han ido avanzando y la solución se ha encontrado en hacer stages fuera de Ucrania. Mientras los extranjeros de los equipos ucranianos salieron pronto del país (ahora la FIFA también ha permitido su inscripción en otros clubes), los nacidos allí se quedaron bajo la orden del presidente Zelenskiy para los hombres entre 18 y 60 años por si tuvieran que pelear. Ahora podrán salir para jugar diferentes amistosos por Europa.

La misión benéfica del Dinamo

Petrakov quiere, sobre todo, que sus 26 futbolistas que juegan en la Liga Premier puedan tener rodaje con la mente puesta en el partido contra Escocia. Los dos principales clubes del país, Dinamo de Kiev y Shakhthar Donetsk, ya han anunciado o preparan una gira que, además, dejará ganancias que irán destinadas a las fuerzas armadas ucranianas.

El Dinamo, que aporta 11 futbolistas a la selección de Ucrania, entre fijos y otros que rotan, volverá a jugar entre abril y junio. «Gracias al apoyo de nuestro Gobierno, el Dinamo materializa una misión benéfica internacional: una serie de partidos con clubes europeos de primera», anunciaba la entidad deportiva a través de un comunicado.

El objetivo es «informar a la comunidad internacional de la terrible guerra en Ucrania y recaudar fondos para apoyar a los ucranianos afectados por la guerra», pero también será la oportunidad para los internacionales ucranianos de volver a la actividad y llegar rodados a la repesca para el Mundial de Qatar.

La gira irá acompañada de una concentración en Bucarest, Rumanía, sacando a los jugadores de la guerra. El Dinamo lucirá en sus camisetas el lema «¡Partido por la paz! ¡Paremos la guerra!» y las cadenas ucranianas se encargarán de la retransmisión de un total de diez partidos por toda Europa: contra Borussia Dortmund, Paris Saint-Germain, Steaua Bucarest, Legia Varsovia, Milan, FC Barcelona, Benfica, Ajax, Sporting de Lisboa Basilea.

Petrakov y el veto a Rusia

La Asociación Europea de Clubes (ECA) está también detrás de esta iniciativa y pretende que el Shakhtar siga la misma iniciativa. El equipo de Donetsk tiene nueve futbolistas ucranianos que entran dentro de los planes del seleccionador Petrakov. Este, por su parte, sigue escondido en la capital, Kiev, y trató de unirse a la batalla sin el beneplácito de las fuerzas armadas al tener 64 años. 

En The Guardian reveló los mensajes que recibe de sus futbolistas que juegan en el extranjero: «Me están llamando, diciéndome, por favor, que esté a salvo, que no podrían soportar que me mataran. ‘Te estás quedando en zona peligrosa’, me dicen. Pero aquí es más fácil. Si yo estuviera allí, sería más difícil. En su mayoría, todos los padres de estos jugadores se quedan en Ucrania. Los jugadores están preocupados».

Al tiempo que se busca devolver a la actividad al fútbol ucraniano, el veto a los rusos seguirá vigente a nivel continental (UEFA) y global (FIFA). La ECA dio su compromiso de que seguirá siendo así hasta que, al menos, los ucranianos puedan volver a competir. Eso ya será otro debate, teniendo en cuenta la opinión de los que están siendo víctimas de los horrores de la guerra.

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