La de Cristiano no es la única renovación en la que trabaja el Madrid para apuntalar el equipo. La sanción de la FIFA de dos ventanas de mercado sin fichar planea mantener blindada a su plantilla por lo que pueda pasar. Los nombres que están señalados en rojo en la agenda blanca de las renovaciones son los de Bale, Isco, Pepe y Jesé.
Cada caso es diferente. Con el galés y su agente (Jonathan Barnett) ya ha habido conversaciones y el dispositivo está en marcha. El Expreso de Cardiff acaba su contrato en junio de 2019 y quieren sellar una ampliación que le tendría en el club blanco hasta 2021. Esto conllevaría la consiguiente subida de sus emolumentos. Ahora percibe nueve millones netos y su nuevo sueldo superaría los 10 millones. Esta mejora supondría superar a Ramos, que es el segundo futbolista en el escalafón salarial blanco (por detrás de Cristiano).
La situación de Jesé es la que más urge resolver. El canario firmó su contrato hasta junio de 2017 en 2013. A partir del próximo mes de enero sería libre para negociar con cualquier equipo y llegar gratis a partir de junio de 2017. En el Madrid no contemplan esta situación. Quedan dos opciones para el canterano. Si Zidane decide que quiere que se quede, habría que sellar su continuidad este mismo verano. La otra posibilidad es que salga traspasado este mismo verano. En este caso se impondría en el contrato una cláusula de recompra como ya se hizo en su día con Morata o Carvajal.
Pepe también acaba contrato con el Madrid en 2017, al final del mismo tendrá 34 años y por eso el club quiere ver cuál es su rendimiento. Pepe desea seguir, pero tendrá que esperar un poco. Esta política no es extraña. Santiago Bernabéu renovaba de año en año a los jugadores que superaban la treintena.
Isco también está entre los candidatos a renovar y más después de que Zidane zanjase el debate sobre su continuidad (“Isco no se mueve”). El jugador ya ha manifestado que quiere seguir y espera la llamada del club.