El Real Madrid sigue sin poder regresar a la capital y deberá pasar una tercera noche en Pamplona, lo que eleva aún más su indignación por este viaje que empezó el viernes y que aún no ha terminado. El bloqueo en Barajas debido a Filomena imposibilita la vuelta a casa del equipo blanco, que el miércoles debe estar en Málaga para jugar ante el Athletic el jueves las semifinales de la Supercopa. La situación es tan complicada en Madrid que la decisión que se ha tomado para preparar bien la Supercopa es que el equipo viaje directamente a Málaga. Lo hará mañana por la mañana, por lo que los jugadores estarán fuera de su casa ocho días tras el caos de viaje hasta Pamplona.
El Real Madrid lleva las últimas 24 horas estudiando todas las opciones y en contacto con las autoridades y el aeropuerto, que tiene previsto empezar a operar esta tarde pero de manera muy lenta y gradual. El avión del equipo blanco no podía aterrizar hoy en las pistas del Adolfo Suárez-Barajas y por eso debe pasar una noche más en Navarra.
Ante la imposibilidad de que les garanticen un horario para regresar mañana y para garantizar un trabajo óptimo, la decisión que se ha tomado es la de volar a Málaga y entrenarse allí en con relativa normalidad. Al margen de no tener un horario de viaje a Madrid cerrado, las condiciones climatológicas que esperan y los campos nevados no garantizaban un entrenamiento adecuado. Así que al final, la decisión ha sido la iniciar esta mini concentración.
El Real Madrid tiene por delante un calendario frenético lleno de salidas, con un partido el jueves en Málaga, otro en Sevilla el domingo si acceden a la final, otro el miércoles 20 en alcoy (Copa del Rey) y otro el sábado 23 en Vitoria. Cuatro salidas seguidas que son cinco si unimos este viaje a Pamplona que ha trastocado toda la planificación.
