El Real Madrid dejó al campeón contra las cuerdas, se impuso al Atlético de Madrid y dio un paso al frente hacia la final de la Copa del Rey, a expensas aún de un giro al duelo en el partido de la próxima semana en el Vicente Calderón.
Fue, de hecho, una acción sin aparente peligro, una subida sin excesiva convicción de Pepe el que resultó una solución. Di María desahogó hacia el defensa que lanzó un zapatazo desde fuera del área. El balón tenía pinta de ir fuera pero en su camino se topó con el argentino Emiliano Insúa, que lo cambió de dirección, fuera del alcance del belga Thibaut Courtois y hacia la red.
Acto seguido Iker desbarató una ocasión de Miranda. Salió atento para interponerse a un centro que recibió en el área el central brasileño y evitó el empate.
El partido se situó a gusto del Real Madrid mientras la intensidad y la tensión se disparó. Pepe y Diego Costa ajustaban cuentas. El central, a la tercera, vio la amarilla antes de la media hora de encuentro.
Simeone inyectó oxígeno a su equipo en el intermedio. Dejó a Diego en la ducha y dio entrada al uruguayo Cristián ‘Cebolla’ Rodríguez. Empujó al inicio. Un córner rematado por el uruguayo Diego Godín salió por encima del larguero de Iker.
Pretendió dar un paso al frente pero sin el balón en su poder. Alargó la situación de Diego Costa y Arda pero perdió fuerza en el centro del campo.
El mazazo blanco llegó antes del cuarto de hora, con un centro de Di María que remató a la primera Jesé. El segundo. Otro gol importante del canario, que sobresale en las grandes citas. Barcelona, Valencia, Bilbao y ahora ante el Atlético Madrid. Un mérito más.
Simeone recurrió a Adrián para enmendar la plana y después a José Sosa. Eran los peores momentos de su equipo ante un rival en plena ebullición que buscaba la sentencia.
Sin embargo, Modric sacó bajo palos un remate de cabeza de Godín. Iker estaba batido. Pero un nuevo rechace acentuó el castigo rojiblanco. Un disparo de Di María que desvió Miranda supuso el tercero.
El Atlético, que firmó uno de sus encuentros más grises en la era Simeone, bajó los brazos. Al amparo del choque de vuelta y una noche épica en su estadio.