Suecia se clasificó para el Mundial de Rusia 2018 dejando en la cuneta a la todopoderosa Italia y la plantilla de Janne Andersson estalló de alegría. La celebración se pudo vivir en el campo de San Siro y queda plasmada en el momento en el que los jugadores echaron abajo el puesto de comentaristas de un medio de comunicación, incluyendo a los propios periodistas.
Pero después, la fiesta se trasladó al vestuario, que acabó bastante sucio. Sin embargo, algunas cámaras captaron un momento poco habitual en los equipos de élite. Y es que en la fotografía se puede ver al entrenador de Suecia tras el encuentro agachado y recogiendo la basura que habían generado sus chicos en el vestuario del Milán. Un gesto que probablemente muchos otros técnicos no hubieran tenido.
