El emir que gobierna Qatar arremetió el martes contra las críticas a su país por su organización de la Copa Mundial, que describió como una “campaña sin precedentes” contra el primer país árabe que alberga el torneo de fútbol.
Desde la victoria de su candidatura hace una década, Qatar se ha visto cuestionada y criticada por su trato a los trabajadores inmigrantes ya la comunidad LGTBQ, entre otras cuestiones.
Los supuestos abusos contra las legiones de jornaleros con bajos salarios que mantienen en marcha la economía qatarí y construyeron sus relucientes estadios para el Mundial han sido un tema constante de protestas en todo el mundo, especialmente en Europa.
Qatar ha rechazado esas críticas de forma reiterada, insiste en que el país ha mejorado las protecciones a los trabajadores inmigrantes y afirma que los argumentos en su contra están desactualizados.
En un discurso televisado ante el organismo legislativo del emirato, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani dijo el martes que “Qatar se ha visto sometido a una campaña sin precedentes que ningún país anfitrión se había enfrentado nunca”.
“La campaña tiende a continuar y crecer para incluir invenciones y dobles raseros tan agresivos que por desgracia hicieron que mucha gente se pregunte los motivos y razones reales”, afirmó.
Grupos de derechos han reconocido que Qatar mejoró su legislación laboral, por ejemplo al introducir en 2020 un salario mínimo mensual de 275 dólares y desmantelar el sistema “kafala” que impide a los trabajadores cambiar de empleo o abandonar el país sin consentimiento de sus empleadores. Sin embargo, los activistas piden más reformas.
En los últimos meses también ha aumentado la presión sobre Qatar por su criminalización de la homosexualidad. La ley qatarí contempla una pena de prisión de entre uno y tres años para adultos condenados por relaciones sexuales homosexuales consentidas. Las federaciones europeas de fútbol anunciaron el mes pasado su intención de que los capitanes llevaran un brazalete con un corazón arcoíris como parte de una campaña contra la discriminación durante los partidos internacionales.
Qatar ha dicho que las puertas están abiertas para todos en el Mundial, incluyendo hinchas LGBTQ, pero que los visitantes deben respetar la cultura conservadora del país, donde los usos públicos de cariño —incluso entre heterosexuales— son un tabú.
El martes, un activista británico realizó una protesta frente al Museo Nacional de Qatar. Peter Tatchell, de 70 años, sostuvo un cartel acusando a Qatar de encarcelar a miembros de la comunidad LGBTQ.
Los organizadores aseguraron que Tatchell fue arrestado, pero reconocieron después que la policía sólo le interrogó en la acera.
Qatar negó que Tatchell fue arrestado y que versiones al respecto son “completamentes falsas”-
“Se le pidió cordialemente y profesionalemente a un individuo de pie que estaba de pie en una rotonda que se moviera a la acera, nadie fue arrestado”, dijo el centro de comunicaciones del gobierno en un comunicado.
En su discurso, el jeque prometió que la atención provocada por el mayor evento deportivo del mundo también beneficiaría a Qatar.
“Esta ha sido una gran prueba para un país del tamaño de Qatar que impresiona al mundo entero con lo que ya ha logrado y está logrando”, dijo.
El torneo comienza el 20 de noviembre y la final está prevista para el 18 de diciembre.