Su máxima figura hoy por hoy del equipo Culé, Lionel Messi le dio la victoria 1 por 0 ante la Real Sociedad ayer.
La jugada que dio pie al único gol del Barça tuvo en Lenglet y Piqué dos factores determinantes. El primero, por ir a rematar de cabeza un centro de Arturo Vidal, en una amenaza latente que resultó clave para que Robin Le Normand se enredara lo bastante como para meter un brazo en lugar de su cabeza para despejar. La acción pasó desapercibida para el árbitro, Martínez Munuera, pero no para Piqué, que avisó al árbitro de la existencia de la infracción y de la necesidad de ir al VAR. “En cuanto lo vi se lo dije al árbitro porque era penalti claro”, desveló luego Piqué. Igual que Lenglet estaba cerca de la jugada porque también fue al remate. “La pelota le dio en el antebrazo y estas jugadas este año las pitan”, explicó en una prueba más de cómo vivió un lance trascendental, quien sabe si para ganar la Liga.
La influencia que tuvo Lenglet en la suerte final del partido demostró que en fútbol las estadísticas no lo son todo, Es más, las de Lenglet no fueron buenas ante la Real: de 49 pases que dio perdió siete y sólo recuperó dos balones, según datos de OPTA. Además vio una merecida amarilla que le acarreará una baja por sanción en Mallorca.
Con un rango mucho más en duda para Quique Setién que para el ex entrenador Ernesto Valverde, Lenglet ha visto como Samuel Umtiti le ha ido ganando terreno en la elección del técnico, muy especialmente en los partidos grandes: Valencia, Nápoles y Real Madrid. Aunque, curiosamente, en el global de titularidades el ex del Sevilla supera al ex del Lyon: siete a seis. Hace unas semanas, Setién avisó que la titularidad de un francés u otro “dependerá de matices, seguramente hasta final de temporada”.
Con Piqué no hay dudas: es el jefe de la zaga. Lo es en participación y lo es en ascendencia sobre el equipo. Ante el Real Madrid sólo un autogol estropeó una actuación en general muy buena: jugó todo al rojo y salió negro, al intuir que Vinicius iba a fallar su remate, como así fue, antes de que el balón rebotara en el culé. Frente a la Real no hubo un ‘pero’: impecable atrás y amenazante en ataque.En su caso, las estadísticas afianzaron las sensaciones: de 53 pases sólo erró uno, recuperando nueve balones. El momento y liderazgo de Piqué es uno de los argumentos del Barça para seguir creyendo.