Aterrizó el Barcelona pasadas las tres de la tarde en el Barcelona tras una gira más que satisfactoria en el aspecto deportivo por los Estados Unidos, que se cerró con el triunfo en la International Champions Cup después de imponerse en los tres partidos disputados a la Juventus, el Manchester United y el Real Madrid. No obstante, en el vuelo de regreso se echaba en falta a Neymar. El brasileño, que tiene las horas contadas en el Barcelona, se marchó por su cuenta en un vuelo privado a China para atender unos compromisos publicitarios tras pasar la noche en Miami.
Mientras se espera que el París Saint-Germain pague esta semana la cláusula de 222 millones por Neymar, o negocie la forma de pago con el Barcelona, en el club blaugrana se preparan para el impacto de la noticia que únicamente puede ser subsanada con la llegada de caras nuevas que ilusionen a la afición.
El Barcelona perderá a Neymar, pero a cambio ganará un músculo económico muy importante para poder fichar. La cuestión está en si entrará algún jugador del PSG en la operación.
El equipo francés desea ahorrarse los impuestos que comportarían el pago de la cláusula y pactar un traspaso por 222 millones, una práctica que es norma no escrita entre los equipos de LaLiga, pero que hay que ver si se aplica entre dos equipos que como Barça y PSG que han tenido una relación difícil desde hace años.
El conjunto francés ofrece como como complemento del pago a Di María, Matuidi, Lucas Moura o Draxler. Aquí es donde la secretaría técnica del Barça debe de afinar.
Más allá de los jugadores del PSG, el gran objetivo del Barcelona es Coutinho, del Liverpool, con el que las negociaciones están muy avanzadas, pero falta llegar a un acuerdo con el Liverpool.
Otro de los que podría llegar esta misma semana es Paulinho, del Guanzhou Evergrande, que si bien no es un jugador que entusiasme al público, sí que para los técnicos resulta una pieza fundamental por no haber en la plantilla ningún jugador de sus características.
