El Barcelona pasó ronda en la Copa tras aniquilar en un partido de vuelta innecesario al Huesca por 8-1 en un partido solidario que llevó a 44.848 valientes al Camp Nou a las diez de la noche de un día laborable y que sirvió para que los marginados de la plantilla se reivindicaran ante un público poco habitual del estadio que se lo pasó en grande.
En un partido sin historia global, lo único destacable de la noche fueron los detalles. Ver como Pedro marcaba un hat-trick perfecto (derecha, izquierda y de cabeza) en 23 minutos; como Montoya daba un rendimiento más que óptimo en ambas bandas dando incluso una asistencia a Sergi Roberto (otro de los apartados); ver como hasta el Huesca es capaz de superar al Barça en los córners;comprobar que Adama es una fiera y ver finalmente a Douglas jugando en el Camp Nou.
Obviamente, no fue un partido para sacar conclusiones que vayan más allá de que los que no juegan siguen manteniendo la tensión competitiva, aunque, como se temen ellos mismos, no les sirva para nada. Nadie da un duro porque los Masip, Montoya, Douglas, Roberto o Munir tengan algún papel preponderante en el equipo a medio plazo, pero el hecho de que estén enchufados es lo mínimo que puede exigírseles.
El Huesca duró cinco minutos sobre el campo. En un inicio de partido con el Barcelona asentándose sobre el campo, Esnáider tuvo un par de ocasiones y llegó incluso a disparar al palo de Masip. A partir de ahí se acabó el equipo aragonés ante un Barcelona bien dirigido por Samper y Rafinha en el medio y un Montoya muy motivado. Pedro e Iniesta, con su clase marcaron la diferencia en un decir Jesús y antes de que el Huesca se enterara de que estaba pasando, el Barça ya firmaba una goleada que en la segunda parte completaron Adriano, Sandro y Adama y donde el Huesca marcó el gol del honor celebrado por la grada culé.